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Opinión

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Una obra centenaria

Hace 100 años se dio a conocer Principles of scientific management. Hoy deberíamos leer este libro con menos apasionamiento que en 1911. Insisto: leerlo.

Hace 100 años, Frederick Winslow Taylor (1856-1915) dio a conocer Principles of scientific management (http://www.gutenberg.org/ebooks/6435).

Antes, este ingeniero mecánico había comenzado a estudiar el trabajo en la industria del acero en Estados Unidos.

En 1997, salió a la luz The one best way: Frederick Winslow Taylor and the enigma of effficiency, de Robert Kanigel. Según varias fuentes (Business Week, Library Journal, New York Times Book Review, etcétera), éste fue uno de los mejores libros publicados en aquel año.

Es una biografía de uno de los precursores de la administración, de quien se dedicó, hace muchos años, a estudiar la eficiencia de las empresas.

Que yo sepa, la obra referida no ha sido traducida al español. Si lo anterior es cierto, la industria editorial probablemente no encontró interesante difundir esta historia del padre de la administración científica en nuestra lengua.

Mucho tiempo antes, en 1928, Editorial Cvltvra publicó en México Principios del manejo científico del trabajo (hay un ejemplar en la biblioteca del Instituto Tecnológico Autónomo de México), donde el traductor cuenta lo que sigue:

La Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey SA., por iniciativa de su presidente, el señor don Adolfo Prieto, en su decisión de contribuir por todos los medios y arbitrios a su alcance y de la manera más eficaz y efectiva posible a la educación moderna, científica y práctica de la juventud mexicana, ha hecho y ofrece, a sus expensas, la traducción del tan conocido y discutido libro del ingeniero norteamericano Federico Winslow Taylor (…), para distribución gratuita, y también a título de premio al mérito, entre la juventud estudiosa de la República, con la única mira de aportar su contingente a la cultura general del país, proporcionándole la ocasión de beber en las más puras fuentes las inspiraciones más claras y que más han contribuido a la difusión y al perfeccionamiento de los usos y prácticas industriales para procurar economía de esfuerzo en la aplicación del trabajo humano .

Estas iniciativas no son comunes. Adolfo Prieto (1867-1945) tampoco fue un hombre común, según puede constatarse en 200 emprendedores mexicanos: la construcción de una nación (2010):

Al frente de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, el empresario asturiano Adolfo Prieto y Álvarez de las Vallinas sostuvo a lo largo de 40 años una exitosa actividad directiva para lograr la plena consolidación de la más antigua empresa siderúrgica de México y América Latina y colocarla en un importante papel en la vida económica y social del país .

El autor del texto donde encontré lo anterior no mencionó la difusión de Principios del manejo científico del trabajo, cuando en México todavía no se fundaba la primera licenciatura en Administración de negocios y Prieto tenía 61 años de edad. Tampoco se habla de esa iniciativa en la entrada respectiva del Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México.

Umberto Eco, en El nombre de la rosa, escribió: El bien de un libro consiste en ser leído .

No sé si la traducción mencionada se leyó mucho o poco en México durante el siglo XX ni tampoco sé si ahora los estudiantes de Administración (o de Sociología) conocen esta obra. Pero sí sé que se repite la expresión taylorismo.

Sería bueno leer a Taylor.

fnunez@eleconomista.com.mx

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