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Opinión

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¿Quién gobierna en Europa? El millonario o el guerrero

Dos modelos que disputarán la Liga de Campeones el fin de semana y determinará el rumbo del futbol.

Atlético de Madrid nos remonta a esos guerreros de la edad media que dan su vida por un reino en el que probablemente su rey ni les conozca y hasta ni les reconozca. Es un luchador que ha decidido no rendirse jamás, una lección para demostrar que en el futbol todavía aunque cada vez menos la épica es muy útil para llegar a la gloria.

La temporada que ha hecho el equipo que comanda Diego Simeone es para hacerle un monumento a un club que ha pasado casi 20 años sin un título de Liga.

Es tan grave la diferencia de presupuestos anuales en los equipos en España que el tercero en este departamento es precisamente el conjunto del que es aficionado Joaquín Sabina, con 120 millones de euros; se festeja tanto que el tercero sea campeón porque el uno y dos tienen recursos por más de 500 millones. Con estas cifras y diferencias entre los tres primeros hacen que sea imposible que un club como Rayo Vallecano pelee por esa distinción, que tiene el peor presupuesto del campeonato ibérico.

En el balompié actual -aunque no es una ley- el dinero sí determina el éxito de los clubes. Es verdad que el deporte tiene algo de heroico, sobre todo en tiempos en que vivíamos en blanco y negro, pero también cada vez son menos esos casos.

Atlético de Madrid, que jugará este fin de semana la final de la Liga de Campeones sin ser uno de los 10 presupuestos más ostentosos de toda Europa, apela a esta regla del heroísmo para triunfar. El equipo son guerreros, perros de presa, carceleros, los Robin Hood que han decidido quitarle a los poderosos la riqueza.

Por su parte, Real Madrid ha regresado a ser el señor elegante, de etiqueta, smoking y siempre guardando la compostura pese a que lleve unas copas de vino encima. La partida de José Mourinho ha devuelto el estilo a un equipo que por historia siempre lo había llevado, pero que el portugués lo convirtió en un club vulgar, como todos; porque aunque no les parezca, los de Chamartín tienen como uno de sus estandartes la elegancia.

Dos antagonistas de clase social distinta se miran de frente para determinar qué modelo triunfará este año y por consecuencia el que los clubes de la región y es probable que del mundo quieran imitarle en la gestión.

El Cholismo es una magnífica clase de autoestima combinada con una sesión de conocimientos tácticos impartidos por uno de los grandes guerreros de las canchas en los últimos 15 años. No debería ofender a nadie si a un perro de presa le llamaran Diego Simeone, inalcanzable.

Ancelotti ha hecho sin ninguna guerrilla o revolución lo que Mourinho no pudo en el banquillo: llegar a la final de la Champions League y buscar la décima corona de este campeonato. Florentino Pérez, un millonario que ha hecho cada vez más elitista al club, tiene como obsesión conseguirla; ha fichado a los mejores y, en esta ocasión, Carlo, el estratega italiano, les ha conducido hasta esta instancia.

La calidad no hay discusión que está en Real Madrid, pero este año algo está claro: que la épica de Atlético funciona, y si esa tónica funciona veremos en Lisboa una batalla, donde El Cholismo es favorito, pero la etiqueta de los blancos jamás puede ser descartada.

Dicen que cuando un millonario se obsesiona con algo no para hasta conseguirlo y la décima es el oro más deseado para Cristiano, Florentino y todo el madridismo.

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