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La explosión en Líbano

Partiendo desde el punto de que la explosión en Líbano haya sido parte de un ataque es poco probable, lo interesante será ver las secuelas que la explosión dejará, en el ámbito económico, político y social.
Porque más allá de los cientos de víctimas y los miles de heridos, lo que la explosión vino a derrumbar, fue lo poco que quedaba en pie del edificio del bienestar social, de ese país.
Además de que sucedió a tan sólo unos días de que el Tribunal Especial para el Líbano, diera su resolución, acerca del coche bomba que asesinó al ex Primer Ministro suní Rafik Hariri. Hasta hoy atribuido a Hezbollah.
De acuerdo con las cifras compartidas por las autoridades, la explosión dejó a cerca de 300,000 libaneses sin casa, en un momento en donde 220,000 se encuentran sin empleo, la economía según el FMI se contraerá un 12% este año, y la deuda soberana, impagable desde marzo, equivale al 170% del PIB.
Siendo esta última, una de las más elevadas del mundo, en un país que a finales de este año, tendrá a más de la mitad de su población sumergida en la pobreza. Estamos hablando de cerca de 4.5 millones de personas y con esto se comprueba que, lo sucedido, va más allá de la explosión de 2,750 toneladas de nitrato de amonio, que llevaban 6 años almacenadas en el puerto.
Quedando este último destruido, cuando el sector comercio junto con el de servicios generan cerca del 67% del PIB del país, y en un momento en que la explosión ha dejado al país con reservas de grano que alcanzarán para menos de un mes.
Por otro lado hay que notar que la crisis política, económica y social empeoró con la pandemia. Se calcula que en 2019 la economía de Líbano se contrajo al rededor de un 6.5% , que este año los productos básicos aumentaron su precio entre un 25 y 60%, y que justo cuando la pandemia se desató los diputados se encontraban debatiendo, una ley de amnistía, para perdonar a los políticos corruptos.
De ahí que en el mes de abril, se haya dado una manifestación automovilística, similar a las que se han dado aquí en contra del presidente López Obrador, para que los manifestantes no perdieran su derecho a ser escuchados, mientras respetaban su sana distancia.
Finalmente hay que tomar en cuenta la manera geopolítica en que la explosión pueda ser capitalizada por países como Francia y Estados Unidos, ya que después de que Hezbollah se deslindara del ataque e hiciera un llamado a la unidad del pueblo libanés para superarla, e Israel haya ofrecido enviar ayuda humanitaria, Donald Trump insiste en que ha sido un ataque y Emmanuel Macron viajará para solidarizarse con las víctimas.
Porque para la nación gala desde que Líbano se independizó en 1943, mantener su influencia política sobre la población cristiana, que ha disminuido del 55% al 30%, ha sido clave. Mientras que para Estados Unidos, la influencia sobre el territorio libanés, significa una manera indirecta de confrontar a Siria e Irán.
Esperemos que la explosión en Líbano, no le abra la puerta a intereses ajenos , en un momento en que el país, debe velar por los propios.
El último en salir apague la luz.
Twitter: @HenaroStephanie
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