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Opinión

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Control remoto

Aunque no se trata de erradicar el contacto humano directo, un mayor uso del trabajo a control remoto puede multiplicar nuestra capacidad para resolver asuntos.

Alquilando un coche en un aeropuerto me topé con un cajero virtual. Del otro lado de la pantalla tienes una persona en escala natural y en tiempo real pero a control remoto. Le puedes enseñar documentos, pasar la tarjeta de crédito y firmar el recibo. Si quieres saber algo, hacer cambios o si algo sale mal, el agente te ayuda.

La experiencia es mucho mejor que los cajeros automáticos de boletos de avión, donde si algo no le gusta a la máquina, terminas frustrado, furioso y formado para ver a un agente.

La verdad ni me enteré dónde estaba físicamente el señor de la pantalla. En principio, puede vivir donde sea. De hecho, no tendría por qué salir de su casa para atender clientes en cualquier aeropuerto del mundo, según se necesite.

La productividad de este tipo de asesores debe ser mucho mayor que la de quienes pierden horas yendo y viniendo a su casa todos los días. Muchos pasan en el transporte más de tres horas para llegar a sus centros de trabajo.

Como pueden reubicarse instantáneamente, un pool de asesores virtuales puede atender más personas a un costo mucho menor. Puedes atender a cada usuario en su idioma sin necesidad de andar consiguiendo en todo el mundo gente que hable idiomas extranjeros.

La tecnología ya está aquí y seguramente explotará su uso en muchas industrias y para muchas aplicaciones. Después de años de tecnologías caras y conexiones lentas, las videoconferencias ya son una solución barata y al alcance de todos para elevar nuestra productividad.

Muchas juntas implican perder horas en el tráfico, o volar a otra ciudad, levantarse a las cinco de la mañana, perder todo el día en aeropuertos y gastar en aviones y hospedajes para atender un solo asunto.

Aunque no se trata de erradicar el contacto humano directo, un mayor uso del trabajo a control remoto puede multiplicar nuestra capacidad de interactuar de manera personal y directa con clientes, socios y proveedores.

Trabajar a control remoto multiplica nuestro alcance. Diariamente a las 10 de la mañana tengo una conferencia cara a cara con mi socio virtual que vive a más de 3,000 kilómetros. Aunque hace meses que no lo veo, hemos resuelto a distancia (y desde la comodidad de nuestros hogares) más asuntos que cuando vivíamos en la misma ciudad. Cuando te acostumbras, es como estar ahí, pero más barato y más rápido.

achacon@eleconomista.com.mx

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