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¿Hasta dónde puede llegar la depreciación del euro?
La posibilidad de un alza de tipos en Estados Unidos acelera la subida del dólar, aunque la Reserva Federal (Fed) podría frenar este movimiento.

El euro se ha convertido en los últimos días en uno de los actores principales del escenario financiero. El inicio del plan de compra de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE), ha agudizado la tendencia a la baja de la moneda europea, arrastrándola a sus niveles más bajos en 12 años frente al dólar. El euro ha llegado a intercambiarse por 1.05 dólares y cada vez más firmas auguran que antes de final de año se alcanzará la paridad (que un euro equivalga a un dólar).
Desde que el pasado mayo la moneda europea rozara los 1.4 dólares, el euro ha cedido más de un 20% de su valor. La razón está en la contrapuesta política monetaria de Europa y Estados Unidos. Mientras el BCE acaba de activar la máquina de fabricar dinero (a más euros en el sistema, más se diluye su valor), para combatir los riesgos de deflación, la Reserva Federal (Fed) ha iniciado el camino opuesto debido a la fortaleza de la economía estadounidense, y tras poner fin en octubre a su tercer programa de compra de bonos (QE3), se espera que en los próximos meses anuncie su primera subida de tipos desde 2006.
Teniendo en cuenta que el BCE prevé mantener su política de estímulos monetarios al menos hasta septiembre de 2016, sería previsible que el cruce euro-dólar siguiera a la baja. Deutsche Bank pronostica que la moneda europea podría descender en 2017 a los 0.85 dólares, al filo de los mínimos históricos que registró en 2000 (0.82 dólares).
Sin embargo, muchos analistas no comparten esta visión. Es más, el consenso de analistas de Bloomberg cree que el euro cerrará 2015 en el entorno de los 1.08 dólares. Desde Bankinter observan que los argumentos para una apreciación hacia la paridad con el euro no parecen sólidos, ya que "nadie ganaría nada con ello". Y es que la fortaleza que muestra el dólar es ya fuente de inquietud en Estados Unidos, donde se teme que repercuta negativamente en las cuentas empresariales, a las que les resulta cada vez más difícil vender en el exterior.
Además, un dólar fuerte también resta atractivo a activos como las materias primas, que se comercializan en la moneda estadounidense. Esto, unido al temor a que una subida de tipos en el país propicie una salida de fondos de los mercados emergentes está pasando una factura notable a países como Brasil.
Así, pues, la clave del devenir del euro-dólar podría encontrarse, según Rabobank, en la reunión que la Fed celebrará la próxima semana. Tras el buen dato de empleo en Estados Unidos que se conoció la semana pasada, muchos inversionistas creen que la institución dará señales claras de que una subida de tipos es inminente. Pero los potenciales riesgos que encerraría una revalorización adicional del dólar podrían forzar a la Fed a medir mucho sus pasos. Al fin y al cabo, como indica José Luis Martínez, de Citi, la apreciación del dólar limita los riesgos de inflación en Estados Unidos y otorgan mayor margen para demorar la subida de tipos.
Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica
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