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Geopolítica

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Soldados abren fuego contra manifestantes en Kirguistán

Un grupo de al menos 10 soldados de Gobierno disparaban armas automáticas desde la sede central del Gobierno hacia una multitud de manifestantes, dijo un camarógrafo de Reuters.

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Biskek.- Soldados kirguisos abrieron fuego contra manifestantes opositores al Gobierno afuera de las oficinas en donde el presidente Kurmanbek Bakiyev se resguardaba de enfrentamientos que han causado la muerte de decenas de personas, dijo un testigo de Reuters.

Un grupo de al menos 10 soldados de Gobierno disparaban armas automáticas desde la sede central del Gobierno hacia una multitud de manifestantes, dijo un camarógrafo de Reuters.

Hay decenas de muertos

Sin embargo, un grupo de manifestantes, que ondeaban banderas kirguisas rojas y amarillas, llegaron a la plaza principal en un vehículo de transporte armado que tomaron del Ejército.

Grandes columnas de humo negro salían del centro de Biskek, la capital del empobrecido Estado del centro de Asia, de 5.3 millones de habitantes.

Hubo un intenso tiroteo en el centro de Biskek y una serie de explosiones.

Los manifestantes estaban intentando alejar de la plaza a personas heridas cubiertas de sangre.

"Hay decenas de muertos, todos con heridas de disparos", dijo a Reuters Akylbek Yeukebayev, médico de un hospital de Biskek.

Muchos de los heridos en la sala de emergencia tenían heridas de bala en sus cabezas y estómagos. Algunos estaban gimiendo y pidiendo ayuda. "Nos están matando", dijo uno de los heridos.

Los disturbios en el ex Estado soviético son una preocupación para Estados Unidos, que usa una base aérea militar en Kirguistán para dar soporte a sus operaciones en Afganistán. El país también alberga a una base rusa.

"Ni siquiera nos atrevemos a mirar por la ventana"

El primer ministro kirguiso, Daniyar Usenov, quien anteriormente calificó a los manifestantes en Talas como "bandidos", dijo telefónicamente a Reuters que él y el presidente estaban trabajando en sus despachos.

"Ni siquiera nos atrevemos a mirar por la ventana", dijo telefónicamente desde el interior de la casa de Gobierno Kamil Sydykov, portavoz del primer ministro.

El líder opositor kirguiso Temir Sariyev dijo que quiere conversar con Bakiyev. "Vamos a la sede central del Gobierno", dijo a Reuters por teléfono.

Además, agregó que sería acompañado por otros tres políticos de la oposición. Al ser consultado sobre con quién se reunirá, respondió que "con el presidente, probablemente".

Sariyev es uno de 10 políticos de la oposición que fueron liberados después de que una multitud se reunió afuera del edificio en el que era mantenido cautivo. Sariyev había sido arrestado el miércoles más temprano tras su regreso en un vuelo proveniente de Moscú.

Estado de emergencia

Cerca de 1,000 personas tomaron por asalto la oficina del fiscal general en la capital y rompieron las ventanas y lanzaron computadoras y equipos de oficina, informó un periodista de Reuters. Activistas de oposición también tomaron el control del canal estatal de televisión KTR.

El Gobierno de Kirguistán declaró un estado de emergencia y diijo que regirá un toque de queda entre las ocho de la noche y las seis de la mañana en Biskek y otras tres regiones del país.

Manifestantes capturaron edificios de Gobierno en otras tres ciudades de Kirguistán, un país que depende en gran medida de las remesas de dinero de trabajadores inmigrantes en Rusia.

En la ciudad de Talas, dos funcionarios de alto rango fueron duramente golpeados. El ministro del Interior, Moldomusa Kongantiyev, fue forzado a gritar: !Abajo con Bakiyev!, comentaron dos testigos.

El descontento político ha ganado Kirguistán desde comienzos de marzo debido a la amplia pobreza, el aumento de los precios y la corrupción de funcionarios públicos.

La oposición pide que Bakiyev, que llegó al poder por medio de una revuelta popular en el 2005, ponga coto a la corrupción y despida a sus familiares de altos puestos en la administración.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, visitó la semana pasada Biskek y pidió al Gobierno que haga más para proteger los derechos humanos. Ban estaba sorprendido por la pérdida de vidas del miércoles en Kirguistán.

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