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Jorge Mario Bergoglio, el jesuita convertido en Papa
El ahora ex presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y quien eligió como nombre Francisco I como líder de la Iglesia Católica, nació en Buenos Aires, Argentina el 17 de diciembre de 1936, miembro de la Compañía de Jesús.

El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue electo nuevo Papa, el número 266 en la historia de la Iglesia Católica, y ahora será conocido como Francisco I. Miembro de la Compañía de Jesús fue hasta este miércoles presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos periodos.
Nació en Buenos Aires, Argentina el 17 de diciembre de 1936, se trata del primer Papa jesuita de la historia del catolicismo y a sus 76 años es conocido por sus hábitos monacales, aunque no duda en atacar al poder político, como demostró en el periodo de la dictadura argentina.
Reservado, poco afecto a lo mediático, preocupado por la marginación social, el nuevo Papa gobernaba con firmeza la arquidiócesis de Buenos Aires y proyecta un pontificado sin sorpresas en los desafíos que la sociedad moderna plantea a la Iglesia como la sexualidad, el divorcio, el aborto o la bioética.
Hombre austero, de marcada espiritualidad y apegado a las tradiciones seculares del catolicismo. De aspecto hierático, habita un departamento pequeño -rechazó la residencia oficial del arzobispado, más confortable-, donde pasa los fines de semana en soledad.
Poco afecto a aceptar invitaciones privadas y poseedor de un "pensamiento táctico', según los especialistas, ahora deberá presentar sus credenciales ante más de 1,000 millones de católicos.
"Sobriedad y austeridad es su estilo de vida. Viaja en subte (metro), en colectivo (autobús), los viajes a Roma los hace en clase turista", describen algunos de sus biógrafos.
Suele guardar para sus escasas apariciones públicas discursos cargados de palabras duras tanto para los políticos como para la ciudadanía, señalando la pobreza masiva, la marginación y la desigualdad social que vive Argentina.
Según medios de prensa internacionales, Bergoglio había sido uno de los cardenales más votados en el Cónclave del 2005 que convirtió a Joseph Ratzinger en Benedicto XVI.
Bergoglio fue electo en el segundo día del Cónclave y sustituye como líder católico a Benedicto XVI, quien renunció de manera inesperada en febrero pasado.
Asumirá una carga que según dijo Benedicto XVI en febrero, iba más allá de sus capacidades físicas. La Iglesia sufre los escándalos por abusos a niños y el caso "Vatileaks", en el que el mayordomo de Benedicto XVI reveló documentos que denunciaban corrupción y luchas internas dentro de la Curia, la burocracia central del Vaticano.
BERGOGLIO Y LA DICTADURA ARGENTINA
Jorge Mario Bergoglio es hijo del italiano Mario Bergoglio, un empleado ferroviario y de Regina, una ama de cada. Siendo joven realizó estudios técnicos en química y en 1957 decidió convertirse en sacerdote, por lo que ingresó al seminario Villa Devoto, como novicio de la orden de los jesuitas.
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote, casi una década después de perder un pulmón por una enfermedad respiratoria y de dejar sus estudios de química.
Entre 1973 y 1979, durante la dictadura argentina tuvo el cargo de provincial , cuando fue cuestionado por el secuestro de dos jesuitas detenidos clandestinamente por el gobierno de facto por hacer tareas sociales en barriadas de extrema pobreza.
Según la acusación, Bergoglio les retiró la protección de su orden religiosa. Ambos párrocos sobrevivieron a un encierro de cinco meses. El señalamiento consta en el libro "El silencio" del periodista Horacio Verbitsky, también presidente de la entidad privada defensora de los derechos humanos CELS. Se apoya en manifestaciones de Orlando Yorio, uno de los jesuitas secuestrados, antes de fallecer por causas naturales en 2000.
"La historia lo condena: lo muestra como alguien opuesto a todas las experiencias innovadoras de la Iglesia y sobre todo, en la época de la dictadura, lo muestra muy cercano al poder militar", señaló tiempo atrás el sociólogo Fortunato Mallimacci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Los detractores de esa postura sostienen que no está probada y que, por el contrario, Bergoglio ayudó a muchos a escapar de las fuerzas armadas durante los años de plomo.
CRÍTICO DE LOS PODEROSOS
En 1992 fue consagrado obispo titular de Auca, para ejercer como uno de los cuatro miembros auxiliares en Buenos Aires, y en febrero de 1998 asumió el cargo de arzobispo en esa ciudad.
En 2001, Juan Pablo II lo creó cardenal del título de san Roberto Belarmino, y al ser constituido el primado de la Argentina, se convirtió en el superior jerárquico de la Iglesia Católica en ese país.
Los políticos argentinos fueron varias veces blanco de la retórica filosa del sacerdote, que los ha acusado de no combatir la pobreza y querer enquistarse en el poder.
El 9 de julio de 2010, trascendió una nota de Bergoglio dirigida a monjas carmelitas de Buenos Aires en la que calificaba al matrimonio entre hombres del mismo sexo como una «guerra de Dios» y su avance legislativo como «una movida del Diablo». En respuesta, la ahora presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó a Bergoglio por esa campaña y la comparó con los «tiempos medievales y de la Inquisición .
apr/ Con información de Reuters