Bienvenidos a la posverdad de Trump

El diccionario de Oxford definió recientemente el concepto de posverdad como un fenómeno donde los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que los hechos subjetivos, donde imperan la emoción y la creencia personal .

La posverdad será la palabra del año en buena medida porque ayudó a Donald Trump a ganar las elecciones presidenciales. Como lo demostró Susan Glasser, editora de Politico.com durante una aleccionadora cobertura de las elecciones: Incluso a través del fact-checking (comprobar cifras y afirmaciones con datos contundentes), no funcionaba. Incluso, por más que las agencias de información distribuían la verdad, no tenía efectos .

Hannah Arendt escribió proféticamente en 1967 que el mentiroso es libre de dar credibilidad a sus hechos para adaptarlos a su utilidad, o incluso a las expectativas de su público. Así, esta persona será más convincente que la que diga la verdad .

Así que no hay razón para pensar que Trump cambiará su estrategia. Todas las señales apuntan en sentido contrario. Hace dos semanas Trump dijo: He ganado (las elecciones) también con el voto popular, porque se tienen que eliminar los votos que se hicieron de manera ilegal . Claro, Trump se refería a votos que fueron para Hillary Clinton, ni un solo voto irregular lo obtuvo él.

Trump y sus colaboradores no se sienten avergonzados por los trucos que utilizó el candidato durante su larga campaña. Por el contrario, sienten orgullo.

Por ejemplo, Trump reveló que en el controvertido caso de la empresa Carrier, que decidió finalmente no cerrar la planta en Indiana para trasladar su operación a México, fortaleció su mensaje intimidatorio cuando un empleado de la fábrica aseguró en un noticiero de televisión que no nos vamos porque Trump prometió que no nos iremos . El trabajador resultó ingenuo. Trump utilizó el eufemismo: Carrier no se irá , para fortalecer el mensaje general hacia todas las empresas estadounidenses de que lo mejor es invertir en Estados Unidos.

Cuando alguien dice que los hechos son hechos, no necesariamente están hechos , dijo el comentarista escocés de CNN Nell Hughes en el show de Diane Rehm, en referencia a Trump. Él lo dice pero no necesariamente es verdad .

Trump no es el primer presidente que recurre a la fantasía para convertir lo dicho en verdad. Lo hizo Ronald Reagan al combinar su mundo hollywoodense con la realidad. Si repites cinco veces una historia, es verdad , dijo un vocero de la Casa Blanca.

El desafío del periodista no es cansarse de comprobar y refutar el torrente de mentiras del político. El desafío del ciudadano es no bajar la guardia contra la tentación atractiva de la posverdad.

Bienvenidos a la Presidencia de la posverdad.