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A una década, el recuerdo de la tragedia
Un momento de silencio que inunda la Embajada estadounidense en Afganistán. La lectura de nombres en un campo verde al oeste de Pennsylvania.

Un momento de silencio que inunda la Embajada estadounidense en Afganistán. La lectura de nombres en un campo verde al oeste de Pennsylvania. Una visita del presidente Barack Obama al Cementerio Nacional de Arlington, a las tumbas de 60 miembros de la milicia estadounidense muertos en Afganistán e Irak.
Con estos actos solemnes, estadounidenses al rededor del mundo marcaron el décimo aniversario de los ataques terroristas al Pentágono en Virginia y el World Trade Center en Nueva York el 11 de septiembre del 2001.
En respuesta a estos ataques, los dirigentes estadounidenses lanzaron dos guerras en Afganistán e Irak, con millones de soldados enviados a lugares peligrosos de todo el mundo. Hasta el momento, más de 4,000 estadounidenses han muerto en dichos conflictos.
Bajo un cielo soleado, que evoca la mañana clara y azul de hace 10 años cuando secuestradores estrellaron cuatro aviones de pasajeros, matando a casi 3,000 personas, dieron inicio las ceremonias en la Zona Cero. Obama y el expresidente George W. Bush junto a sus cónyuges caminaron con paso lento y grave a lo largo de la Piscina Memorial Norte, lugar donde anteriormente se había erguido la Torre Norte del World Trade Center.
Obama tocó una pared grabada con los nombres de aquellos quienes perdieron la vida.
Diez años han pasado desde que una mañana de cielo azul perfecto se convirtió en la más oscura de las noches , declamó al inicio de la ceremonia el alcalde de Nueva York, Michael R. Blommberg. Hemos vivido en amaneceres y en sombras desde entonces .
Obama leyó parte del Salmo 46 y las campanas sonaron a las 8:46 de la mañana, el momento en el que el primer avión impactó la Torre Norte; la multitud guardó un minuto de silencio. Acto seguido, los familiares de las víctimas comenzaron a decir los nombres de los fallecidos. Las campanas sonaron nuevamente a las 9:03, indicando el choque del segundo avión en la torre sur.
En el Pentágono 1,600 personas, incluidos 100 sobrevivientes, se reunieron en el sitio del ataque a la sede militar del país. Bajo fuertes medidas de seguridad, los miembros del servicio colocaron ofrendas florales en cada banco individual en el memorial de 11 se septiembre, de fondo, una enorme bandera estadounidense colgada en el lugar del impacto.
De Nueva York, Obama voló a Shanksville, Pennsylvania, donde el vuelo 93 de United Airlines cayó en un campo luego de que sus pasajeros enfrentaran a los terroristas en el aire y salvando cientos de vidas.
El Presidente depositó una corona de flores blancas en el centro de una pared de mármol, develada en una ceremonia el día anterior, con los nombres de las víctimas.
Entre tanto, la seguridad se intensificó en Washington y Nueva York ante reportes de posibles ataques de Al-Qaeda en vísperas del aniversario.