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La AMIA pide a la USTR que México pueda interponer demandas laborales en EU y Canadá
Rogelio Garza, presidente ejecutivo de la AMIA, consideró que el sector automotriz ha sido el principal objetivo del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en México y su experiencia demuestra que puede ser una herramienta eficaz para promover el cumplimiento de los compromisos laborales del T-MEC.

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La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) pidió que México pueda interponer demandas laborales en Estados Unidos y Canadá en el marco del tratado de libre comercio entre estas tres naciones (T-MEC).
Además, la AMIA exigió que Estados Unidos respete las cartas paralelas sobre la Sección 232, el Trato Nacional, el Acceso a los Mercados de Bienes y el panel de solución de controversias sobre reglas de origen, todo ello en el marco del T-MEC.
Estos planteamientos se incluyeron en una carta enviada por Rogelio Garza, presidente ejecutivo de la AMIA, al representante comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer, como parte del proceso de consultas para la revisión del T-MEC, programada para el 1 de julio de 2026.
Garza expuso que el sector automotriz ha sido el principal objetivo del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida Específico para Instalaciones (MLRR) en México y su experiencia demuestra que puede ser una herramienta eficaz para promover el cumplimiento de los compromisos laborales del T-MEC.
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En todos los casos presentados, las empresas del sector automotriz mexicano han cooperado con las autoridades e implementado medidas correctivas que fortalecieron la transparencia y el respeto a los derechos de los trabajadores. En algunos casos, las experiencias derivadas de los casos del sector automotriz se han convertido en importantes referentes para otras industrias.
En este sentido, la AMIA ha reconocido la importancia del Mecanismo para hacer valer los derechos de los trabajadores y mejorar el ambiente laboral en las plantas de producción.
“No obstante, también creemos que es necesario un equilibrio en su aplicación: por ejemplo, es fundamental que el MLRR sea verdaderamente trilateral, en el sentido de que México también pueda interponer demandas en Estados Unidos y Canadá, y que su implementación se realice de manera equitativa”, dijo Garza
Agregó: “La labor en torno a la promoción de los derechos laborales debe ir más allá de las acciones punitivas; por lo tanto, consideramos que el MLRR debe ir acompañado de importantes esfuerzos en materia de educación, sensibilización y fortalecimiento de capacidades”.
Finalmente, consideró como esencial que el Mecanismo se utilice estrictamente para fines laborales legítimos y como medida de último recurso, evitando su uso indebido como instrumento para imponer obstáculos comerciales o acciones coercitivas que puedan socavar el espíritu de colaboración e integración que define las relaciones comerciales de América del Norte.
La AMIA es la organización que representa a los fabricantes de equipo original (OEM) con sede en México. Sus miembros representan aproximadamente 4.5% del PIB de México, 32% de las exportaciones totales del país y más de 3.5 millones de empleos directos e indirectos en el país.
“Si bien reconocemos que un socio comercial puede invocar preocupaciones de seguridad en torno al comercio y la inversión, nos preocupa que, a la fecha, Estados Unidos no haya cumplido con las cartas paralelas originales relativas al sector automotriz (que son parte integral del T-MEC), las cuales especifican claramente que México debe quedar excluido de cualquier arancel establecido en virtud de la Sección 232 hasta los montos especificados en dichas cartas”, dijo.
Garza advirtió que esto no solo afecta a las exportaciones mexicanas de vehículos, sino que su efecto negativo se agrava por el hecho de que Estados Unidos ha negociado acuerdos bilaterales con ciertos países -entre ellos Japón, la Unión Europea y Corea del Sur- que menoscaban aún más el acceso al principal socio comercial preferencial de Estados Unidos.
Además, la AMIA exigió que Estados Unidos respete las cartas paralelas sobre la Sección 232, el Trato Nacional, el Acceso a los Mercados de Bienes y el panel de solución de controversias sobre reglas de origen, todo ello en el marco del T-MEC.
Estos planteamientos se incluyeron en una carta enviada por Rogelio Garza, presidente ejecutivo de la AMIA, al representante comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer, como parte del proceso de consultas para la revisión del T-MEC, programada para el 1 de julio de 2026.
Garza expuso que el sector automotriz ha sido el principal objetivo del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida Específico para Instalaciones (MLRR) en México y su experiencia demuestra que puede ser una herramienta eficaz para promover el cumplimiento de los compromisos laborales del T-MEC.
En todos los casos presentados, las empresas del sector automotriz mexicano han cooperado con las autoridades e implementado medidas correctivas que fortalecieron la transparencia y el respeto a los derechos de los trabajadores. En algunos casos, las experiencias derivadas de los casos del sector automotriz se han convertido en importantes referentes para otras industrias.
En este sentido, la AMIA ha reconocido la importancia del Mecanismo para hacer valer los derechos de los trabajadores y mejorar el ambiente laboral en las plantas de producción.
“No obstante, también creemos que es necesario un equilibrio en su aplicación: por ejemplo, es fundamental que el MLRR sea verdaderamente trilateral, en el sentido de que México también pueda interponer demandas en Estados Unidos y Canadá, y que su implementación se realice de manera equitativa”, dijo Garza
Agregó: “La labor en torno a la promoción de los derechos laborales debe ir más allá de las acciones punitivas; por lo tanto, consideramos que el MLRR debe ir acompañado de importantes esfuerzos en materia de educación, sensibilización y fortalecimiento de capacidades”.
Finalmente, consideró como esencial que el Mecanismo se utilice estrictamente para fines laborales legítimos y como medida de último recurso, evitando su uso indebido como instrumento para imponer obstáculos comerciales o acciones coercitivas que puedan socavar el espíritu de colaboración e integración que define las relaciones comerciales de América del Norte.
La AMIA es la organización que representa a los fabricantes de equipo original (OEM) con sede en México. Sus miembros representan aproximadamente 4.5% del PIB de México, 32% de las exportaciones totales del país y más de 3.5 millones de empleos directos e indirectos en el país.
“Si bien reconocemos que un socio comercial puede invocar preocupaciones de seguridad en torno al comercio y la inversión, nos preocupa que, a la fecha, Estados Unidos no haya cumplido con las cartas paralelas originales relativas al sector automotriz (que son parte integral del T-MEC), las cuales especifican claramente que México debe quedar excluido de cualquier arancel establecido en virtud de la Sección 232 hasta los montos especificados en dichas cartas”, dijo.
Garza advirtió que esto no solo afecta a las exportaciones mexicanas de vehículos, sino que su efecto negativo se agrava por el hecho de que Estados Unidos ha negociado acuerdos bilaterales con ciertos países -entre ellos Japón, la Unión Europea y Corea del Sur- que menoscaban aún más el acceso al principal socio comercial preferencial de Estados Unidos.


