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CEEY pide cambio fiscal para no depender del crudo
Según Marcelo Delajara, director de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del (CEEY), el gasto público debe provenir de las fuentes financieras constantes en términos recaudatorios, como son el IVA, el ISR y el IEPS y, además, otorgar incentivos a la informalidad que constituye 50% de la PEA.
La caída de 72% en 20 meses de los precios internacionales del petróleo, que ha arrastrado a la mezcla mexicana de exportación en la misma tendencia, es una oportunidad histórica para que el gobierno mexicano despetrolice las finanzas nacionales, sacando del gasto corriente los ingresos generados por estas actividades mediante una reestructura del sistema de seguridad social con la consecuente alineación tributaria, considera el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
De acuerdo con Marcelo Delajara, director de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del (CEEY), la actual crisis en la que se ha reducido en 10 puntos porcentuales la participación de las exportaciones de crudo en los ingresos nacionales en un año, con la consecuente descapitalización de Petróleos Mexicanos (Pemex), es el mejor momento para que se discuta con seriedad la posibilidad de que ingresos transitorios y atados a la volatilidad, como son las exportaciones de crudo, dejen de financiar el gasto permanente del país y sean canalizados hacia un fondo de largo alcance, como es el Fondo Mexicano del Petróleo (Fomed), pero con un destino explícito como ahorro de largo plazo, pago de deuda o pensiones.
La creación del Fomed en la reforma energética es un avance en este sentido, aseguró el experto a El Economista; sin embargo, sus transferencias a la tesorería no han sido superiores a 4.7% del PIB (de hecho, en el último año se ubicaron en 1.3% por los bajos precios del petróleo y el hecho de que el único que tributó fue Pemex), por lo que no se ha podido destinar la renta petrolera al ahorro nacional. Con más operadores en el país, pero sobre todo con modificaciones al sistema tributario y definiciones precisas del destino que tendrán estos ingresos, el país dejaría de depender del petróleo y ya no pasaría por recortes presupuestarios para toda la administración pública, que en los últimos dos años sumaron 224,000 millones de pesos, equivalente a 0.7% del PIB en el 2015 y a 0.3% del PIB en el 2016.
Según el experto, el gasto público debe provenir de las fuentes financieras constantes en términos recaudatorios, como son el IVA, el ISR y el IEPS y, además, otorgar incentivos a la informalidad que constituye 50% de la PEA.