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Cómo hacer las enfrijoladas perfectas: La receta que conquistó a Rosalía en CDMX

Durante su visita a la Ciudad de México, Rosalía probó unas tradicionales enfrijoladas y las redes estallaron. Te contamos cómo preparar este platillo sencillo, poderoso y lleno de historia.
Cuando Rosalía compartió en redes que había comido enfrijoladas durante su estancia en la Ciudad de México, el antojo colectivo se encendió. No era casualidad: pocas recetas representan tan bien el alma de la cocina mexicana como este plato reconfortante.
Las enfrijoladas son, ante todo, un homenaje al frijol: base de nuestra alimentación y símbolo de identidad. En su forma más pura, son tortillas bañadas en una salsa aterciopelada de frijoles negros o bayos, rellenas con pollo, queso o huevo, y coronadas con crema, cebolla y queso fresco. Pero su sencillez es engañosa: el secreto está en la textura, el sazón y el equilibrio entre el maíz y el frijol.
Originarias del centro y sur de México, las enfrijoladas se preparan desde tiempos prehispánicos, cuando el frijol ya era parte esencial de la dieta mesoamericana. Con la llegada del queso, la crema y el pollo tras la conquista, la receta se enriqueció, pero conservó su esencia popular.
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Cada región les da un sello distinto: en Oaxaca se usan frijoles negros con hoja de aguacate; en Puebla se bañan con frijoles bayos y chiles secos; y en el Bajío se prefieren con frijoles flor de mayo y mucho queso fresco.
En la capital, sin embargo, las enfrijoladas han alcanzado gran fama: se sirven en desayunos de fondas, restaurantes contemporáneos e incluso en mesas de celebridades, como le ocurrió a Rosalía en su reciente visita a CDMX.

Ingredientes (para 4 porciones):
12 tortillas de maíz del día anterior
2 tazas de frijoles negros cocidos (con su caldo)
1 diente de ajo
¼ de cebolla
1 chile pasilla o chipotle (opcional, para dar picor y ahumado)
½ taza de crema
150 g de queso fresco desmoronado
1 pechuga de pollo cocida y deshebrada (opcional)
Aceite vegetal al gusto
Sal al gusto
Preparación paso a paso:
Licúa los frijoles con un poco de su caldo, ajo, cebolla y el chile (si lo usas). Debes obtener una salsa espesa y cremosa.
Calienta la salsa en una cazuela con una cucharadita de aceite. Rectifica la sal y cocina a fuego bajo unos minutos.
Calienta las tortillas en un sartén o comal para que se vuelvan flexibles.
Rellena con pollo o queso, dóblalas en triángulo o enrolla ligeramente.
Baña las tortillas con la salsa de frijoles calientes hasta que queden bien cubiertas.
Sirve al momento, con crema, queso fresco, cebolla morada y, si quieres, rodajas de plátano frito o aguacate.
Tips del chef
Usa frijoles recién cocidos y licúalos con poco caldo para evitar que se aguaden.
No frías las tortillas demasiado; basta con calentarlas para que no se rompan.
Si quieres una versión más ligera, omite la crema y usa queso fresco bajo en grasa.
Para un sabor más profundo, añade una hoja de aguacate a la salsa mientras hierve.



