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Arte e Ideas

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Turandot en el Auditorio Nacional, apuesta riesgosa

Este proyecto tendrá la colaboración de la Ópera de Bellas Artes, a cargo del tenor mexicano Ramón Vargas.

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Bloqueado por la burocracia del INBA, presionado por los tiempos, urgido de excelentes resultados, incomprendido y calumniado, así llega el gran tenor Ramón Vargas a su primer aniversario al frente de la Opera de Bellas Artes (OBA) como su Director Artístico. La verdad es que, vistas las cosas con objetividad, los proyectos comienzan a despegar aunque algunos quisieran reventar a Ramón antes de que funcionen bien.

Y están funcionando no en el nivel esperado, es cierto, como también es cierto que se han cometido errores reconocidos con honestidad por el propio Vargas , aunque tampoco es el desastre bíblico que sus detractores ansiaban. Porque sucede en la ópera mexicana ese choque de egos y de intereses inconfesables como en la cinta de Federico Fellini: Y la nave va.

Ramón Vargas en este aniversario de su proyecto operístico bien puede decir junto con el poeta granadino: Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en mí .

Aunque reventarlo no necesariamente significa que al gran tenor lo despidan. La táctica parece ir en el sentido de cansarlo, aburrirlo, de tal modo que el propio Ramón haga su maleta y se regrese a Europa. Bueno, han llegado al punto de querer enfrentar a Vargas con el gran Javier Camarena.

Llegando a este punto conviene citar las palabras de Luis Gutiérrez, especialista en ópera, un tiempo ligado al equipo de Pro Ópera, quien hace un balance muy respetable, serio, acerca de la administración Vargas (texto que retomamos del blog del maestro Manuel Yrízar):

En este año mayo del 2013 al 2014 , el número de funciones y producciones en el Palacio de Bellas Artes ha sido esencialmente similar al que hemos gozado en los últimos 25 años. En el primer año de la nueva OBA se presentaron Il trovatore y Der Fliegende Holländer celebrando los bicentenarios de los nacimientos de Verdi y Wagner este año se presentará Billy Budd en octubre, así que celebraremos el centenario de Britten con un año de retraso, mejor tarde que nunca , Die Zauberflöte, Manon, el reestreno de Atzimba, y la inevitable La Bohème. Lo más aplaudible ha sido la celebración del 150 aniversario del nacimiento de Ricardo Castro .

Continúa el maestro Luis Gutiérrez: Mi conclusión de la situación actual es muy simple; dadas las circunstancias en las que está sumergida la actividad operística en México el estado actual no sería muy diferente si OBA hubiese sido liderada por cualquiera de los directores que lo han hecho durante los últimos 25 años. Es decir, el pecado mayor de Ramón Vargas o de Rafael Tovar y de Teresa, no recuerdo quién lo hizo, fue mencionar la palabra ‘nueva’.

Si la estructura jurídica y burocrática de la OBA no cambia radicalmente tendremos muchos directores con resultados similares a los que hemos tenido los últimos años, si es que la ópera no muere por inanición , en palabras del especialista Gutiérrez.

BUENA MANCUERNA

Por eso, en este aire enrarecido resulta una buena noticia que arranque el proyecto Ópera en Vivo en el Auditorio Nacional en colaboración con Ópera de Bellas Artes , que incluye dos obras emblemáticas de Puccini, Turandot en este mes de mayo y La Bohème, en julio próximo, en el marco del 90 Aniversario luctuoso del compositor italiano. Todo esto viene a ser una bocanada de aire fresco y una muestra de que se quieren hacer bien las cosas.

Turandot llevará en los papeles principales a la soprano siciliana Tiziana Caruso (Turandot), el tenor italiano Rubens Pelizzari (Calaf) y los mexicanos Olivia Gorra, quien será Liú (papel que interpretó en el Metropolitan Opera de Nueva York), y el bajo Rosendo Flores (Timur). Es decir, un elenco muy respetable.

La dirección escénica estará a cargo de Luis Miguel Lombana, el director concertador será el serbio Srba Dinic, todos ellos acompañados por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y la Schola Cantorum de México.

La mancuerna Ramón Vargas-Gerardo Estrada (Coordinador Ejecutivo del Auditorio Nacional) parece estar funcionando. La prueba es este proyecto audaz que puede resultar muy atractivo, iniciativa que busca nuevos públicos y que se ofrece a precios más o menos accesibles (de $150 a $1,000).

El proyecto es bueno; sin embargo, también es una apuesta arriesgada, dado que las óperas se presentarán en el recinto que transmite ópera en vivo desde el Met de Nueva York, por lo que las comparaciones resultarán inevitables.

ricardo.pacheco@eleconomista.mx

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