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Arte e Ideas

Lectura 3:00 min

Todo es raza

El tema número uno en Estados Unidos es la raza. Nada más lógico que hacer una película de terror con meollo racial.

Cuando acabé de ver ¡Huye!, de Jordan Peele su ópera prima, una promesa , me quedé pensando: ¿Tendrá el mismo impacto en México que en Estados Unidos? .

La película es una joya. Su originalidad es espectacular. Al acabar de verla me quedé helada. Es una película de terror, pero también es muchas otras cosas.

Regreso a mi pregunta inicial: ¿pegará igual en México? El eje central de la película es el racismo. Y en México por supuesto que somos racistas, pero nuestro racismo es diferente: mirado de reojo, hipócrita. Como me dijo una vez un entrevistado estadounidense: Ustedes son racistas, pero es difícil verlo porque todos se ven iguales . En EU es fácil distinguir a un caucásico de un afroamericano y a ambos de un asiático o de un latinoamericano. Es una guerra racial diaria, al estilo Spike Lee.

Pero he ahí lo fascinante de ¡Huye!: no se trata del racismo descarado del supuesto skinhead, sino el de los blancos supuestamente liberales que no son racistas . Chris Washington (Daniel Kaluuya) es un afroamericano que sale con una mujer blanca. Su relación ha llegado al punto en que hay que conocer a los padres de ella.

Rose, la novia de Chris, es lo que los gringos llaman colorblind, no porque sea daltónica sino porque, ay, no ve el color de las personas, sino el valor de su personalidad. El reverendo King estaría orgulloso de la pareja.

El viaje es a un lugar adorable, en el bosque, un retiro para gente con dinero. A Chris lo reciben con pompa y fanfarria. Missy (Catherine Keener, como siempre en una actuación notable), la madre, es especialmente amistosa.

Lo que parece un bucólico panorama, la convivencia de las razas que tanto sueña la ONU, pronto se va volviendo más y más siniestro.

En una fiesta los amigos de Rose le preguntan a Chris sobre el tamaño de su miembro. Missy lo trata como a un adolescente (¿recuerdan cómo, durante la esclavitud, a los esclavos los llamaban boy?). Lo tratan como uno trataría a un alien amistoso por el que se siente curiosidad.

Pero lo verdaderamente turbio es la relación de la familia con su servidumbre. Por supuesto, los sirvientes son negros al estilo plantación. Pero hay algo más raro en ellos, algo que pone paranoico a Chris. Aunque no es paranoia si de verdad te están persiguiendo.

La gran originalidad de ¡Huye! está en su juego entre los clichés del cine de terror con un tema que no había sido narrado con tanta claridad. Hay algo verdaderamente terrorífico en ser una minoría en EU, aun cuando los blancos sean demócratas y supuestamente tolerantes.

Mientras que la gente de raza blanca no se mire a sí misma en el espejo y acepte con toda amplitud sus privilegios (y dejen de decirle a los demás cómo deben sentirse sobre la discriminación) las relaciones raciales no van a cambiar.

Y en México por ahí la llevamos. Los blancos y criollitos, también los mestizos estamos en el pedestal. Debemos buscar el modo de reconocer a nuestra diversidad racial y sobre todo luchar por igualdad educativa, política, social.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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