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Arte e Ideas

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Razones y arrebatos de Sabina Berman

¿Para qué la cultura? Una pregunta traspapelada un siglo escribe la dramaturga, y da su versión de 12 años de panismo con hilos hacia el salinato, el zedillismo y el naciente peñismo.

Con el texto ¿Para qué la cultura? Una pregunta traspapelada un siglo , que forma parte del libro La agenda pendiente, coordinado por Rafael Rodríguez Castañeda, la dramaturga invita a la polémica.

Se quedó corta su amiga Denise Dresser (Reforma, lunes 22): Lo que se pregunta la también amiga de Consuelo Sáizar no sólo es divertido y provocador. Es una pieza dramática, mezcla de distintos géneros. En ella encontramos su versión de 12 años de panismo cultural en el Conaculta, pero también con hilos argumentales hacia el salinato, el zedillismo y el naciente peñismo. Tiene actores en las tablas y otros invisibles o innombrables. Mensaje claro y argumentación para descifrar. Una pregunta que responde y otras que no quiso plantear. Es un texto jovial, apasionado, duro, descarnado, sarcástico, furioso, impreciso, adulador, con un final abierto.

Parte y reparte. Sari (Bermúdez) se vino a encontrar a sí misma en un espejo y se eligió como la persona idónea (para el Conaculta).

Y entonces reunió en torno suyo a los antiguos funcionarios de cultura del régimen priísta para redactar el nuevo proyecto de cultura. ¿Qué de nuevo podía resultar de la mezcla de los antiguos funcionarios y de una presidenta que no sabía quién había sido (José) Vasconcelos? .

Años aquellos en que gracias a las becas en México se creaba la generación más numerosa y diversa de artistas de nuestra historia (...). El cinismo de los funcionarios foxistas embonó con el cinismo de los capos de entonces de nuestra cultura. Ellos no esperaban ninguna revolución cultural, no la exigieron y no la hubo. Cobraron sus cheques y siguieron sus labores y el Conaculta se dedicó a cumplir los quehaceres cotidianos que le marcaba un proyecto diseñado en 1988, 12 años antes, sin modificarlo ni un milímetro. Exagero. Por acá y por allá se agregaron milímetros .

La megabiblioteca: Ninguna metáfora mejor para cifrar el proyecto cultural foxista: un ataúd enorme de cristal donde flota al centro el cadáver de una ballena .

En el impetuoso texto, Berman acuña: (...) el llamado ‘proyecto priísta’ nunca fue realizado por completo, ni siquiera por los priístas. Su meta final se traspapeló. Parece increíble al intelecto un proyecto cuyo para qué se olvida, y sin embargo, es un suceso común en las grandes burocracias .

En retrospectiva, la cabeza de Víctor Flores Olea le fue servida (a Octavio Paz) a domicilio en una charola de plata a la hora de la merienda (...). Llega Rafael Tovar, un elegante y muy joven señor de educación cosmopolita (...), un caballero de cabellos largos, trajes impecables y perfil aguileño, cuya estampa recordaba a la de los filósofos de la nueva filosofía francesa .

Y remata a contrapelo: Cristo multiplicó los panes, el Conaculta las becas (...). Una generación pasó a la conversa de cómo repetir de becario .

Pero aunque el desperdicio explica el desdén de los gobiernos panistas por el Conaculta y la comunidad cultural, no justifica la solución que ofrecieron a la anomalía durante el primer sexenio en que gobernaron: seguir engrosando el desperdicio . Sergio Vela, amén de portar una facha de tenor lírico, evocativa de Pavarotti, alto y de carnes plenas, era un Director de ópera reconocido .

Calderón por fin puso al país primero que las amistades y nombró en su sitio a Consuelo Sáizar: Hija intelectual de Carlos Monsiváis, con una pasión por la arquitectura y los libros, fue recibida por la comunidad de artistas con alivio. Por fin llegaba a su Presidencia otra vez una profesional de la administración cultural. Y también fue recibida con curiosidad .

Y concluye: Así, el panismo en cultura tuvo nueve años de inercia y tres de febril creatividad .

Con Tovar de regreso en Conaculta, en el momento en que esto escribo, nadie lo sabe. Si acaso una sola persona conoce la intención del nuevo Presidente del Conaculta. Él mismo (...) pudiera ser que llegue con el ánimo de completar el proyecto cultural que emprendió hace 20 años. Que aborde ahora sí la tercera meta incumplida: la de hacer llegar el arte a los muchos .

Además de las razones y sinrazones que Sabina Berman brinda, de una o varias preguntas que responde, me intriga saber su versión sobre cómo logró Consuelo Sáizar su nombramiento, primero, al frente del Fondo de Cultura Económica y luego en el Conaculta.

Quizá no lo abordó ya que implica crear otra pieza dramática.

eduardo.cruz@eleconomista.mx

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