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Personas de la tercera edad ya vivían en aislamiento y soledad

Las características del aislamiento actual por la pandemia podrían repercutir en la conducta de los niños, además de disminuir la esperanza de vida de adultos que ya vivían en soledad, dice experto.

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Arturo Sirgo Cruz, director de la licenciatura en Psicología clínica y de la Salud en el Tecnológico de Monterrey, comentó en entrevista los posibles efectos psicológicos derivados del aislamiento por la pandemia de coronavirus Covid-19, cuyos afectados son principalmente poblaciones de adultos mayores y niños.

“Eso ya se había estudiado, los efectos del aislamiento, de la soledad, específicamente en los grupos de adultos mayores, este fenómeno de aislamiento social para ellos en particular no es algo nuevo”, destacó el director de la licenciatura en Psicología clínica.

“Muchos adultos mayores están muy solos, muchos de ellos en este aislamiento se encuentran así, también se ha visto que muchos se aíslan de formas voluntarias e involuntarias, sin nada de interacción social”, indicó.

Esta situación, comentó, tiene repercusiones importantes no sólo en la salud mental de estas poblaciones, también en la cognitiva, física, incluso “hay estudios que hablan de que en adultos mayores que se sienten solitarios o aislados tienen una mayor probabilidad de muerte, hay un riesgo mayor, incluso parecido a tener obesidad o fumar, se disminuye significativamente su esperanza de vida”, mencionó.

También, otras de las consecuencias del aislamiento es que en poblaciones de niños y otros grupos vulnerables se puede ver reflejado el aumento de episodios de ansiedad, estrés y depresión. “En estos momentos, sí hay preocupación de queaparezcan problemas de depresión y de ansiedad, que puede presentarse de forma rápida en la población y sobre todo las que ya estaban en riesgo o que tenían algún indicador, factor de riesgo o diagnóstico de ansiedad”, comentó el especialista.

Expresó que estos síntomas podrían disminuir teniendo conocimiento de cuánto durará el aislamiento, pero que la incertidumbre puede generar que estas señales se intensifiquen. “El problema de este aislamiento en particular, derivado del Covid-19, es que no tenemos una fecha clara de cuándo va a terminar, y cuando no se tiene una fecha, puede haber problemas o dispararse mucho el estrés, la ansiedad, los sentimientos negativos, la presión, porque no sabemos cuándo va a terminar”, explicó Arturo Sirgo.

Esta situación podría afectar al grueso de la población con una prevalencia alta de 4% que padece depresión, lo que podría impactar en el sistema de salud que ya tiene en este momento una demanda importante de servicios.

Impacto en población infantil

Para los 850 millones de niños y adolescentes que, según las cifras de la UNESCO, se encuentran en casa, es más común tener signos de ansiedad, por lo que Arturo Sirgo, especialista en psicología clínica, recomienda mantenerlos ocupados y con las mismas reglas de uso de pantallas que son de una a dos horas, además de trabajar por medio de rutinas durante el día, esto con el objetivo de evitar afectar su desarrollo.

“Como padres, es necesario manifestarles esa calma a los niños, mucho de lo que hacen es de acuerdo a cómo sus padres lo liberan. Lo que podría pasar es que haya cambios conductuales que pudieran desencadenar algún tipo de problema conductual: no respetar límites, volverse más agresivos, tener cambios de humor, problemas de atención y concentración”, finalizó.

katia.nolasco@eleconomista.mx

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