Buscar
Arte e Ideas

Lectura 3:00 min

No, así no sirve

Qué remake tan absurdo, hacer exactamente la misma película pero con menos alma; un desperdicio de talento.

main image

Ésta es la cosa con los remakes: a veces uno no entiende por qué se hacen. No soy una purista, válgame, y como reseñista de cine no creo, en modo alguno, en la originalidad a ultranza que genera, casi siempre, engendros del mal. Sería divertido hacer ahora una lista de refritos divertidos, inclusive mejores que la obra original. No sé, pienso en Los infiltrados de Martin Scorsese, versión de la hongkonesa Infernal Affair: ambas son geniales películas, aunque prefiero ver y volver a ver la joyita de Scorsese.

Me desvío. La verdadera pregunta es: ¿Por qué Hollywood se obstina en hacer remakes? ¿Por qué gastar dinero en una cinta tan innecesaria como Oldboy, de Spike Lee?

Oldboy, la nueva. La original, del mismo título, ¿la recuerdan, no? Si la vieron no pueden olvidarla, sobre todo esa escena de pelea uno-contra-todos, donde nuestro héroe se defiende de los malos solamente con un martillo y su personalidad.

Del 2004, Oldboy, cinta coreana de Park Chan Wook, es una obra para el desconcierto. Acción, suspenso, una trama de lo más ingeniosa... Reconozco que el final no me acaba de convencer (medio melodramático, ¿no?), pero sin duda una de las grandes películas de la década pasada.

LA HISTORIA Y SU COPIA

La historia atrapa desde que comienza: un tipo, del que sabemos casi nada, es arrojado a un cuarto sin ventanas en el que pasa 20 años. El cuarto tiene una televisión por la que nuestro protagonista se entera de que su esposa fue asesinada y él es el principal sospechoso.

De manera igual de arbitraria, es liberado y su único impulso vital ahora es vengarse del responsable no sólo de su encierro, sino de la muerte de su esposa. Mucha violencia a continuación y un par de giros de tuerca satisfactorios, todo acompañado de un estilo visual único. ¿La escena de la pelea con el martillo? En vez de ser una serie de acercamientos y cortes rápidos al estilo de todas las cintas de acción, es una danza vista a distancia. Extraña como ver una catástrofe en silencio. Gran película.

En fin, que algún genio hollywoodense, un ejecutivo con bronceado falso y traje azul brillante, tuvo la ocurrencia de volver a hacer exactamente (pongo énfasis en el exactamente ) la misma historia, sólo que con gente más guapa y con Spike Lee prestando la firma (Sí, ésta no es una de la obras de autor de Lee, simplemente es una chamba para financiar sus verdaderas películas).

Josh Brolin y Elizabeth Olsen dan buenas actuaciones -Brolin es Joe, el tipo encerrado en el cuarto sin ventada y Olsen es la mujer que lo salva con el amor- y el guión bueno. Claro, es una copia al carbón de la original (por cierto, basada en un cómic japonés). ¿Es entretenida? Sí. ¿Es sexy? Not a chance. Es una historia sin alma, artificial como limonada en polvo. Bueno, por lo menos la limonada quita la sed.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete