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Arte e Ideas

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Hay una crisis de vivienda que no hace más que empeorar: Vassal y Lacaton

En un mundo que enfrenta una seria crisis climática y la pauperización de la vivienda, cuando se habla de desarrollo sostenible es "estúpido" comenzar por demoler, señala la pareja ganadora este martes de la máxima distinción para la arquitectura por su capacidad de resginificación y reapropiación de los espacios.

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Jean-Philippe Vassal y Anne Lacaton ganadores del Premio Pritzker.

El Premio Pritzker, el galardón de arquitectura más prestigioso del mundo, fue otorgado el martes a un dúo francés integrado por Jean-Philippe Vassal y Anne Lacaton, creadores de espacios asequibles y ecológicos que priorizan el bienestar familiar.

Vassal, de 67 años, y Lacaton, de 65, —socios en el trabajo y en la vida— fueron premiados por su transformación de viviendas urbanas en espacios sostenibles y agradables con un presupuesto modesto.

"Las esperanzas y sueños modernistas de mejorar la vida de tantos son revitalizados en su trabajo, que responde a las urgencias climáticas y ecológicas de nuestro tiempo, así como a las urgencias sociales, particularmente en el ámbito de las viviendas urbanas", dijo el jurado.

Vassal y Lacaton, "logran esto a través de un poderoso sentido del espacio y materiales que crean una arquitectura tan fuerte en sus formas como en sus convicciones, tan transparente en su estética como en su ética", añadió el documento del jurado.

¿Cómo nació su filosofía? ¿Cómo controlar los costos? Estas son algunas respuestas de los dos arquitectos en una entrevista.

—¿Cómo surge la idea de una arquitectura asequible y espaciosa?

"Justo después del diploma de arquitectura, fui cinco años a trabajar a Níger, y Anne se me unió enseguida", explicó Vassal. "Fue como una segunda escuela, porque en ese país muy pobre era extraordinario ver la poesía y la manera astuta, ingeniosa con la que los habitantes fabricaban cosas sin tener ningún recurso, su gran generosidad y su hospitalidad, y los paisajes también".

"Nos influyó enormemente. Cuando no tenemos casi nada, cómo hacemos para mantener el ánimo, para ser positivos...", dijo.

"Intentamos trasplantar ese aprendizaje a Europa: cómo trabajar con las complejidades, los problemas, partir de algo que no funciona y transformarlo en algo que funciona", señaló.

"Por ejemplo, no concentrarse más en la fachada de los edificios diciendo 'Son grandes barras grises de lejos' y en realidad, al ir a los apartamentos, ver que hay miles de viviendas que cada persona intenta arreglar, decorar día tras día, con mucho amor y pasión", indicó.

—¿Hay materiales especiales para lograrlo?

"No. Lo que es importante es poner la menor cantidad posible de materiales para producir el mayor espacio posible", dijo Vassal. "Vimos eso con los 'case study houses' (casas individuales de estética innovadora, pero baratas, construidas entre 1946 y 1965 en la costa oeste de Estados Unidos): eran unos postes de metal, un techo de azotea por encima, y grandes ventanas que garantizaban la transparencia...".

"Lo que cuesta caro es la complicación", subrayó Lacaton. "Si buscamos simplificar las cosas, racionalizar el uso, es eso lo que crea el ahorro (...) Hay también una clasificación de algunas personas entre bellos materiales nobles y otros que lo son menos. Para nosotros, esa clasificación no existe, lo importante es la generosidad".

— ¿Por qué transformar en vez de reconstruir?

"Nuestra convicción es que hoy es totalmente estúpido, cuando hablamos de desarrollo sostenible, de ecología, comenzar por demoler", dijo Vassal. "Hay una crisis de vivienda tan grande, tanto 'alojamiento malo', que para nosotros es evidente que hay que añadir, transformar (...) con lo existente podemos desarrollar ambiciones al máximo siendo lo más económico y lo más ecológico posible".

"El esfuerzo que hay que hacer para 'añadir' es menor que para construir desde cero, (que es un esfuerzo) mayor. Son oportunidades muy interesantes para intentar desbloquear ese problema de vivienda que no hace más que empeorar", estimó Lacaton.

"La tendencia hoy, con el enorme costo de los terrenos en las ciudades, es difundir el mensaje de que en el fondo las viviendas deberían ser pequeñitas, porque tenemos tantos servicios cerca, no estamos nunca en casa... Pero para la mayoría de las personas, las familias, la vivienda es lo más precioso que tienen. La pandemia tornó eso aún más visible, pero es un problema que solo empeora desde hace bastantes años", dijo.

"Hemos visto en los edificios donde hemos realizado cambios situaciones familiares extremadamente tensas, porque el espacio en sí era demasiado apretado... Cuando logramos aflojar eso para dar más espacio a todos, las situaciones se distienden, la gente se torna más creativa, más abierta, invitan a los vecinos, invitan a los amigos de los niños", indicó.

"No es tan complicado, ¿entonces por qué no lo hacemos?", puntualizó.

El clima como un factor de la arquitectura

Los arquitectos parisinos, que ganaron el premio nacional de arquitectura en Francia en 2008, se hicieron famosos con la "Maison Latapie", una casa familiar construida en 1993 en Floirac, cerca de Bordeaux, que se ha tornado emblemática de una vivienda espaciosa y barata.

Muy diferente a un tradicional hogar suburbano, la parte posterior de la casa se parece a un cobertizo: paneles de policarbonato transparentes y replegables permiten que la casa sea bañada en luz natural, y agrandan las habitaciones al tiempo que facilitan el control de la temperatura.

Fue en este proyecto que el dúo utilizó por primera vez una tecnología de gases de invernadero mediante la instalación de un jardín de invierno.

Los sistemas derivados de la horticultura son "extremadamente inteligentes para jugar con el sol o el clima, en términos de ventilación o suministro solar", dijo Vassal.

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