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Arte e Ideas

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Felices fiestas patrias ?a la sociedad civil

La mayor parte de los mexicanos tenemos mucho en la cabeza como para celebrar y sentirnos orgullosos del país.

En estos días de septiembre nuestro estado de ánimo colectivo debería estar por los cielos, y celebrar debería ser la primera tarea en nuestras agendas. Lo cierto es que la mayor parte de los mexicanos tenemos mucho en la cabeza que nos preocupa y eso nos impide celebrar y sentirnos orgullosos de nuestros logros como país.

Seguimos viviendo en una sociedad en la cual el Estado de Derecho y la impartición de justicia existe a veces, para algunos y según sea el caso. Lamentablemente, aquellos a los cuales pagamos un sueldo para protegernos y velar por nuestras garantías y derechos están más preocupados por hacer negocio a partir de cualquier aprieto en el que nos veamos inmiscuidos que por hacer su trabajo.

La economía de la gran mayoría de los hogares ha sufrido golpes de los cuales difícilmente se recuperará en el futuro cercano. El poder adquisitivo de las familias mexicanas en el entorno mundial fue mermado en 25% aproximadamente en el último año, derivado de la devaluación de nuestra moneda. Por otra parte, a pesar de los supuestos beneficios de las reformas propuestas por el Ejecutivo al inicio de este sexenio, pagamos servicios básicos como luz, agua, gas y gasolina caros y malos.

En cuestión de educación, no conozco a ningún padre de familia que mande a sus hijos a escuelas públicas por elección propia. Lo hacen porque no tienen los recursos para pagar educación privada, lo cual habla del pésimo nivel que tienen nuestras escuelas y la poca preparación de gran parte del personal docente.

Aquellos compatriotas que enfrentan alguna crisis de salud o se acercan a la edad de jubilación, lejos de sentirse apoyados y despreocupados, se sienten solos y atemorizados. Las contribuciones que pagan o han pagado a lo largo de su etapa laboral o profesional no alcanzan para otorgarles los servicios que requieren en esa frágil etapa de sus vidas.

Para los que vivimos en las ciudades, las calles son espacios que nos recuerdan lo poco eficientes que han resultado las autoridades locales en la administración de recursos para otorgar servicios básicos de bacheo, alumbramiento, alcantarillado y planeación urbana. De seguridad, mejor ni hablamos.

Los gobernantes, de todos los niveles, federal, estatal y local, están reprobados por la sociedad civil. Los ciudadanos estamos hartos, no les creemos, sus esfuerzos no son satisfactorios y sus explicaciones de todo lo que acontece en nuestro país nos confunde, nos agobia, nos enfurece y nos deprime. El daño que esta clase política genera retrasa constantemente los logros que como país podríamos alcanzar.

Para colmo de males, se nos atravesó un lunático que lejos de apoyar a su vecino en desgracia se ha dedicado a humillar, lastimar y ofender a un desprotegido grupo de mexicanos que ante la poca oportunidad de salir adelante en esta tierra tuvieron que dejarlo todo, arriesgando sus vidas para poder dar una mejor vida a sus familias.

Sin embargo, sí existe una sociedad civil preocupada. Sí existe una gran mayoría de mexicanos que trabaja, es honesta, es productiva, paga impuestos y cumple en sus trabajos, sus hogares y su sociedad. Es la misma sociedad que cuando ve a un ser humano en apuros lo ayuda. Es la misma sociedad que se preocupa por exigir a la mediocre élite en el gobierno a que responda y aclare. Es la misma sociedad que sí quiere que México deje de ser ese país que quiere pero no puede.

Esa sociedad está conformada por empresarios, creativos, estudiantes, científicos, intelectuales, deportistas y, por qué no, algunos servidores públicos, que lejos de estancarse en el conformismo han destacado.

La sociedad civil mexicana ha dado al mundo marcas, películas, actores, deportistas, escritores, empresas y productos dignos de dejar huella en la historia de la humanidad.

Esto lo hemos hecho los mexicanos que trabajamos, que luchamos, que nos esforzamos y que no nos doblegamos ni nos corrompemos. Lo hemos hecho una élite de gente de bien, de gente amorosa y de gente trabajadora. ?A todos nosotros: felices fiestas patrias.

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