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El gato que atraviesa espejos
Aventura, abuela y mascota, ¿se puede pedir más?
Ciertos personajes son entrañables en la vida de los niños. Si tienen la fortuna de contar con abuelos querendones, es probable que, al crecer, atesoren los momentos compartidos con ellos. Si no, por buena suerte, existe la posibilidad de que sea la ficción la que les brinde esta experiencia.
En la literatura para niños y jóvenes (Lij) es frecuente que aparezca el abuelo como personaje. Sin embargo no siempre es propiamente tal; en ocasiones se trata de un anciano cualquiera o una persona mucho mayor que el protagonista (que suele ser un niño), siempre, eso sí, con destellos de sabiduría.
Por lo general son mentores o cómplices que aconsejan al personaje principal en aspectos clave para resolver los problemas de la trama. No debe extrañar, pues, que se les presente de tal manera, ya que en muchos casos los abuelos se encargan del cuidado y la enseñanza de los niños, y la relación de camaradería que se gesta entre ambos es poderosa.
Otro personaje que suele tener gran importancia en la infancia es la mascota. Y en la Lij se presenta como el fiel amigo que acompaña al protagonista en su aventura. ¿Cuántos niños no ofrecen su vida y su obediencia con tal de que les dejen tener un perro, un gato o, al menos, el pollito de la kermés?
En Las esencias de Sabina no sólo hay una abuela cómplice y un perro leal y travieso, también hay un perfumero especializado que viaja por el mundo en busca de casas abandonadas para instalar su tienda y laboratorio, y cuya especialidad es disponer esencias personalizadas capaces de resaltar lo mejor del individuo para quien fue creada.
En este cuento, con páginas generosamente ilustradas, se cuenta la historia de Sabina -de alrededor de diez años- quien hará lo que esté en sus manos para que lo que le gusta no termine, pues detesta esa frase que los adultos repiten una y otra vez: Nada es para siempre .
Por eso, cuando su abuela Meche llega con unos frasquitos de esencia personalizada y Sabina se da cuenta de que cambian el malhumor de su madre, y la alegría vuelve a imperar en su casa, hará lo que sea necesario para que la fragancia dure una eternidad y todo se mantenga igual.
De manera ágil, en las 94 páginas de libro, se cuenta la aventura detectivesca que llevan a cabo Sabina y Eleón, su querido perro, para encontrar al fabricante de las esencias. Tarea imprescindible, si quiere que la mascota se quede con ella, pues cuando la madre se entere de que el can rompió su frasco de perfume, inevitablemente lo regalará a otra familia. Y no sólo eso, sin la esencia, su mamá volverá a ser la personificación de la amargura. O, al menos, eso es lo que cree Sabina.
Con sólo unos cuantos datos, mencionados por su abuela Meche, y la ayuda de su fiel camarada, Sabina deberá encontrar la casa abandonada del viejo de los aromas para restituir el fresco de su madre. Sin embargo, allí, además de encontrar un gato que atraviesa espejos y un laboratorio de ambiente mágico, descubrirá a un viejo perfumero que ha perdido el olfato.
¿Conseguirá más esencia para su madre? ¿Se quedará Eleón con Sabina? ¿Será que la felicidad depende de exóticos productos mágicos? Habrá que leer Las esencias de Sabina para saberlo.
Las esencias de Sabina
Autora: Mariana Osorio
Ilustrador: Diego Álvarez.
Editorial: Nostra,
Páginas: 94
Precio: $139.