Algunas claves para la detección de la Leucemia Mieloide Aguda

La Leucemia Mieloide Aguda es frecuente en adultos y se incrementa su aparición en personas mayores de 65 años. En México, se presenta alrededor de los 43 años (más joven que en otros países) y su incidencia es mayor en hombres (56%) que en mujeres, tiene una prevalencia aproximada en el país de 6,000 pacientes y una incidencia de 1,200 nuevos casos cada año, desafortunadamente con mayor incidencia entre personas de entre 35 y 55 años.

En el Día Mundial de la Leucemia Mieloide Aguda (LMA) que se conmemora este 21 de abril, la doctora Ana Polanco, directora médica de Astellas Farma explica: “Se trata de un cáncer en la sangre que se presenta con una evolución muy rápida, es un padecimiento grave y si no se atiende rápidamente el paciente puede perder la vida en un lapso de 6 a 12 meses”.

Algunas de las dificultades de esta enfermedad es que los síntomas son muy inespecíficos, esto sucede porque este tipo de leucemia afecta las tres líneas celulares de la sangre más importantes, que son, primero, los linfocitos encargados de la defensa del organismo.

Con estas características se presentan síntomas de infección que podrían confundirse con un tema viral como Covid-19, “te puede dar fiebre, te puedes sentir muy débil, incluso puede darse alguna infección de la garganta, que como sabemos, son alertas para el reciente coronavirus y eso hace difícil diferenciarlos”.

La especialista asegura que es muy importante tenerlo en mente porque algunos pacientes pueden pensar que tienen Covid-19 y no buscar al médico, pero al ser de rápida evolución se pierde tiempo valioso.

Otros síntomas que se pueden observar en este tipo de leucemias, es que como se ven afectadas las plaquetas, que son las células que coadyuvan a la coagulación, nos pueden salir muchos moretones, no hay forma de detener los pequeños sangrados o inclusive nos pueden sangrar las encías o la nariz cuando nos sonamos, estos síntomas son muy frecuentes en esta leucemia y también han pasado inadvertidos por los pacientes.

Finalmente, la tercera línea celular que se afecta son los eritrocitos o glóbulos rojos, encargados de llevar el oxígeno a todo el organismo y cuando no hay eritrocitos nos producen cansancio, por la falta de oxigenación, también hay síntomas de anemia, nos vamos a poner muy pálidos.

Estas son tres gamas de sintomatología que pueden definir a la enfermedad y en general se presentan juntas, pero podría presentarse sólo un par de ellas, dependiendo de cuál es la línea celular que se ve más afectada.

Una vez que hemos detectado síntomas ¿Qué hacer?

La doctora Polanco es contundente y asegura que es fundamental acudir con el médico, de entrada, para descartar otros padecimientos, "lo ideal es ir con el médico familiar justamente para descartar otras patologías que no necesariamente son leucemia. Luego para la atención propiamente dicha de la leucemia hay que ir con el hematólogo especialista, en este caso los hematooncólogos son los que se dedican a ver los cánceres en la sangre”.

La especialista compartió que una vez con el especialista es muy fácil el diagnóstico a diferencia de otros tipos de cáncer, las pruebas, dijo, son muy comunes, baratas y prácticamente todos los laboratorios las hacen. Se trata de una biometría hemática, de ahí se puede hacer un frotis sanguíneo y se revisan las células, ese es el momento de ir al hemato oncólogo.

Confirma que lo más importante es hacer un diagnóstico temprano, pues entre más rápido el paciente se deteriora menos y se puede empezar con los tratamientos más rápido, “eso es fundamental”.

También explica que gracias al desarrollo y la investigación se han dado cuenta que la enfermedad se presentan en forma diferenciada dependiendo de las mutaciones moleculares, por ello es importante realizar una prueba molecular para determinar si tienen alguna mutación genética que pueda ayudar a identificar un blanco terapéutico específico, pues hoy en día hay tratamientos para algunas de estas mutaciones y para las que no hay, se tiene que dar quimioterapia. Finalmente, el objetivo del tratamiento de la leucemia mieloide aguda es llevar al paciente a un trasplante de médula.

La especialista recomienda al menos un chequeo anual completo con el médico que incluya tomas de sangre, radiografías y otros elementos que nos permitan descartar cualquier problema. Concluye que afortunadamente la ciencia ha avanzado mucho en este tema, incluso hasta hace 3 años se tenía una sequía de tratamientos, “atendíamos a los pacientes igual que hace 15 años”, sin embargo, en los últimos años se descubrieron mutaciones muy importantes para el desarrollo de medicamentos específicos, lo que dio un vuelco a la atención del padecimiento, además vienen cosas muy novedosas, concluyó.

nelly.toche@eleconomista.mx