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Serán corresponsales y móviles los detonadores
El tema de la inclusión financiera no es solamente abrir sucursales en todo el país, sino dar las facilidades para que la mayoría tenga acceso a los servicios bancarios, considera el titular de la Unidad de Banca y Ahorro de la Secretaría de Hacienda, Guillermo Zamarripa.
El tema de la inclusión financiera no es solamente abrir sucursales en todo el país, sino dar las facilidades para que la mayoría tenga acceso a los servicios bancarios, considera el titular de la Unidad de Banca y Ahorro de la Secretaría de Hacienda, Guillermo Zamarripa.
Dice que precisamente es ahí en donde se puede hacer política pública para poder cumplir con lo establecido en el Programa Nacional de Financiamiento para el Desarrollo (Pronafide).
Como ejes para llegar a esa meta, menciona la importancia de la figura de los corresponsales bancarios y la banca por celular.
En el caso de los corresponsales, explica que se usan las redes de otros que se hayan constituido para otro fin (por ejemplo terminales en tiendas de autoservicio).
Ahí la preocupación era cómo lograr un balance entre abrir la red bancaria y garantizar que no se preste a fraudes. Una vez resuelto eso, se abre para que se pueda potencializar las 10,000 sucursales y duplicarlas en dos o tres años para sumar unos 12,000 puntos de venta.
Con ello, la política de triplicar la infraestructura se puede lograr en un plazo de tres años, estima.
Mientras que con la banca por celular se puede hacer otro tanto, dada la penetración de la telefonía móvil en nuestro país, asegura Zamarripa.
Así, están las condiciones puestas para que la tecnología pueda meterse a esa red y facilitarle a más gente el acceso al sistema financiero.
También menciona que las cuentas de nómina y débito han contribuido a ese propósito, al igual que contar con sucursales con diferentes perfiles.
LAS CUATRO CARTERAS
En opinión del funcionario, las cuatro carteras de crédito (empresarial, consumo, hipotecaria y de gobierno) deben ser las que acompañen el crecimiento de la economía en este año.
El reto ahora es cómo hacer crecer el financiamiento tras un año lateral porque la banca está en condiciones para hacerlo con riesgos menores.
Tienen una rentabilidad aceptable, está sana. El reto es cómo retomar ese crédito productivo que veíamos entre el 2006 y el 2007 cuando crecía a tasas de 3 puntos del PIB , matiza.
No obstante, ve un gran potencial en el financiamiento de la banca en infraestructura como sucede en otras partes del mundo.
Por eso reconoce que si bien la situación de la banca fue buena durante la crisis, el único negrito en el arroz fue que la evolución del crédito no fue favorable.
El crecimiento del crédito a la vivienda fue positivo, pero pudo haber sido mejor, admite.
Al consumo, refiere que en el financiamiento a través de tarjetas de crédito, la dinámica fue una contracción del financiamiento muy grande. Estima que al cierre de marzo sumó 18 meses de tasas negativas.
Pensamos que esta tendencia no puede seguir de manera permanente , considera.
SOFOLES QUINCEAÑERAS
Sobre su percepción de las sofoles a 15 años de distancia, cuando en la crisis de 1995 fueron las que ocuparon el espacio que dejó la banca, Guillermo Zamarripa puntualiza las principales diferencias.
En primer lugar, dice, en ese tiempo los bancos cerraron la originación del crédito y en algún momento la cartera de las sofoles llegó a representar 20% de la cartera de la banca. Así se convirtieron en un jugador importante en donde representaron un vehículo a través del cual se colocaron los de vivienda del gobierno a través del Fovi y pudieron llegar a los consumidores finales.
Hoy, el comportamiento de la industria es diferente. Los bancos no están fuera del mercado de vivienda, pues en el sector medio residencial la participación razonable.
En tanto que en las intermediarios no bancarios hubo un par de problemas en cuanto a la calidad de sus activos.
En el año 95, por su tamaño, las sofoles no cuidaban el tema de la calidad de activos y ahora, 15 años después, como intermediarios consolidados algunos lo hicieron bien, otros medianamente bien y otros tuvieron problemas de originación.
Hoy, asegura Zamarripa, son intermediarios relevantes, pero que se comportaron de diferente manera pues es sintomático de un sector ya consolidado.
lflores@eleconomista.com.mx