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¿Médicos cubanos recibirán a Rubio en Palacio Nacional?
Fausto Pretelin Muñoz de Cote | Globali… ¿qué?
La relación bilateral con Estados Unidos que cree tener la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum no es la misma que el presidente Donald Trump cree o quiere tener.
Sheinbaum reduce su discurso frente a la opinión pública mexicana con una sola idea: soberanía. De ella surge una frase: “cooperación, pero no subordinación”.
La relación que Sheinbaum desea tener con Trump es el quid pro quo observado en el pasado entre AMLO y la primera versión del presidente estadounidense..
El tiempo es dinámico. La “receta” que AMLO le dejó a Sheinbaum para llevar la relación con Donald Trump venció desde enero pasado.
Hoy, la política de Estados Unidos con América Latina se concentra en la bicefalia Trump/Rubio. En 2017 la relación con México la llevaba Jared Kushner, y no el Secretario de Estado Rex Tillerson.
Es Marco Rubio quien teje los objetivos y estrategias de la relación con México. Trump, las tácticas. El presidente decide. Marco propone y decide. Trump impone el componente de seguridad, Rubio acepta. En ocasiones debe “tragar sapos”, particularmente los tres primeros meses del gobierno donde el presidente les quitó la protección migratoria a venezolanos.
Sheinbaum recibirá a Marco Rubio en su oficina con un regalo: un nuevo contrato para los médicos cubanos a quienes les ofrecerá “casa, chofer y dieta balanceada” (El Universal, 31 de agosto). Solo faltaría que la presidenta reciba a Marco Rubio en la puerta de Palacio Nacional a través de una comitiva conformada por médicos cubanos, los mismos que son tratados como esclavos por su jefe, el dictador Díaz-Canel (Human Rights Watch).
El contrato que publicó ayer El Universal demuestra la ausencia de estrategias diplomáticas de la cancillería. ¿Qué hacen Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma?
¿Qué funcionarios mexicanos se sumarán a la lista de los “Sin visa”? Por lo pronto, no tendrían visa los que firmaron el contrato anterior con el régimen de Díaz-Canel. Uno de ellos podría ser el director del IMSS, Zoé Robledo.
Si la presidenta Sheinbaum considera que nuestros principales socios deben ser dictadores (Díaz-Canel, Maduro y Ortega) o presidentes que violaron a sus respectivas constituciones, Evo Morales y Pedro Castillo, en Bolivia y Perú, respectivamente, o simplemente corruptas, como Cristina Fernández, lo mejor sería anunciar un mecanismo compacto con ellos que se podría llamar: “Vamos al siglo XX”. Y, ahora sí, olvidarse del futuro del país para vengarse de Estados Unidos.
Entre los embajadores de lujo a designar estarían: Gerardo Fernández Noroña a Caracas; Yeidckol Polevnsky a Pekín y Paco Ignacio Taibo II a Managua.
AMLO a España.
¡Bienvenido a la realpolitik, Marco Rubio!