Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

Carencia local en la abundancia internacional; el campo compite en desigualdad

OpiniónEl Economista

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, gusto en saludarte. El 2025 está en su secuencia final y en breve estaremos pendientes de las celebraciones decembrinas, gracias por tu compañía este intenso año, y deseo que tengas un estupendo cierre de año y la dicha de arrancar el siguiente con salud, fuerza, y resolución.

Con lo anterior dicho, es momento de ir al balance del 2025 analizando nuestros mercados, en lo financiero lógicamente vendrá en breve lo que analistas advierten será la última baja de tasas de parte del señor Powell en la Reserva Federal.

El balance entre un mercado laboral pujante y baja inflación es el cometido de dicha institución que en opinión de muchos será comandada por un designado amigable al ejecutivo norteamericano en breve.

Con ello, la independencia del organismo rector de política pública podría quedar en duda, y el mercado algo teme al respecto, el nuevo gobernador de la Reserva Federal será designado antes del cierre del año así que estemos pendientes.

Ya estando entrado el 2026, México en toda la línea tendrá que negociar comercio con una Casa Blanca cada vez más escéptica sobre la relación trilateral.

Seguramente el año entrante, los encabezados noticiosos impactarán las cotizaciones del peso mexicano, que dicho sea de paso se mantiene con una fuerza admirable en el momento presente, con lo cual, viendo las cosas a venir, ajustar administración de riesgos atada al tipo de cambio es una medida de alto mérito y una que puntualmente te recomiendo mucho analices.

Tocante al sector de los agronegocios, me gustaría destacar ampliamente que hay voces internas que buscan sacar del acuerdo comercial del T-MEC todos los granos básicos, no hay duda de que el campo mexicano ha sido tremendamente afectado por una sequía muy duradera y en medio de ello una próspera campaña productiva con los vecinos del norte.

El maíz para el caso cotiza bajo para el equilibrio mexicano, los cultivos nacionales están complicados en su desplazamiento, y la relación con márgenes y rentabilidad lejos de ser próspera.

Si lo anterior es el problema, lo que gustamos de hacer es plantear la solución; sin embargo, esta depende de una política pública que acompañe efectos productivos de manera orgánica y no vemos ninguna señal en ese sentido.

El sector agrícola no de autoconsumo en México atraviesa un problema enorme. Por un lado, bajas producciones locales, y, por otro lado, una baja aterradora de precios en el mercado internacional, cosa que obligó al sistema de consumo a importar fuertemente, y esto solo seguirá sucediendo más y más una vez que el diferencial de precios entre nacional e importado es enorme.

Fácil sería decir que la solución es que bajan los precios o las aspiraciones de precios en el campo; sin embargo, eso nos debilitaría estratégicamente pues no hay capacidad de aguante para hacerlo. Fácil sería también decir que la agroindustria pague más.

No obstante, la realidad es que eso terminaría siendo altamente inflacionario y lo último que necesita el país es un incremento de precios en los alimentos.

La falta de políticas públicas que deriven en eficiencias dejan huecos enormes en el largo plazo, y estamos justo ahí en donde el largo plazo de la inacción del ayer es un problema hoy.

Vamos tarde a la fiesta y la solución a los precios agrícolas parece que no está en los mercados internacionales que encuentran una cosecha récord de maíz en Estados Unidos y lo que parece será nuevamente un cultivo exitoso en Sudamérica. De hecho, Argentina cosecha un récord productivo para trigo.

Por su parte, Australia presenta una producción bastante robusta de la famosa espiga de la vida, lo mismo que Canadá y Rusia.

La producción de trigo en el mundo es mas que noble, y el consumo no se multiplica.

Para la soya tenemos un caso similar, y si bien Estados Unidos no llegó a un récord productivo, tienen más de lo que pueden mercadear si China no llaga al auxilio y no se les ven ganas a los chinos que compran, pero no compran, a menos que Brasil tenga un problema serio en lo climático y de momento no se ve que sea el caso.

El mundo se siente pronto y fácil de abasto, esta condición es buena para la elaboración de proteínas cárnicas; sin embargo, ese beneficio total no parece llegar al consumidor.

La realidad es que el último kilometro es el que se queda con el mayor beneficio y la cadena productiva tiene poca alternativa de distribuir mejor el valor para los primeros eslabones de la cadena.

El campo mexicano está en serias complicaciones, el largo plazo del campo se dirime hoy, y no vemos que hoy se estén planteando las soluciones que deje un campo fortalecido.

Sin maíz no hay país se dice por ahí. Y es cierto, el tema es que maíz habrá, pero a nivel de gran escala me parece que el maíz disponible no será nacional.

Precios bajos, producciones lastimadas por clima, y una política pública que vive en el corto plazo generando en la subsistencia una línea de vida delgada solo para la mayor masa criíica que es la que se busca tener en dependencia para pintar conciencia electoral.

¿Estás en buenas manos?

Tocante al sector de los agronegocios, me gustaría destacar ampliamente que hay voces internas que buscan sacar del acuerdo comercial del T-MEC todos los granos básicos.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas