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Original
En la mitología zapoteca de San Pedro Mixtepec se dice que cuando una mujer se pone un huipil significa que su cabeza atraviesa el rombo que le permite ver el universo. Ese rombo que también representa los cuatro puntos cardinales es parte de una lectura de símbolos que se tocan con las manos y en los que se puede leer la cosmovisión de la cultura zapoteca y su relación con la naturaleza, el maíz, la tierra. Si las palabras tejido y texto tienen el mismo origen, la urdimbre que se escribe con los telares de cintura es la expresión viva de la conexión de los pueblos originarios con el conocimiento ancestral que les dio origen.
Cuando una marca internacional copia y replica los tejidos de las comunidades, cuando algún diseñador distraído ordena digitalizar y convertir en ropa industrial los diseños colectivos de las tejedoras, están tal vez haciendo una operación de mercado que alimenta a sus compañías con millones de euros pero, en ningún momento, están leyendo la carga simbólica de las tradiciones y comunidades que, en muchas ocasiones, dicen homenajear, pero que en realidad afectan al poner obstáculos para que los creadores originales puedan vivir con dignidad de su trabajo y sus creaciones.
La escucha como primer paso ha dejado ver la necesidad de tender puentes entre las comunidades artesanales y el mercado. El patrimonio y herencia cultural tan profundos no deben ser tratados como cantera para la alta costura. Como en muchos países, en el caso de México la apropiación cultural es una práctica que enriquece a pocas marcas y que, utilizando la creatividad ajena, omite y niega el valor de los creadores originales, dejándolos fuera de las cadenas de valor.
En la cosmovisión zapoteca también pervive la creencia de que el día que las tejedoras abandonen el telar, el mundo dejará de existir. Original nace de la escucha y también de la dignidad de los pueblos originarios y de la comprensión del papel que tienen en la sociedad. Por eso, Original es un telar dedicado a tejer relaciones y diálogos entre los mejores diseñadores y maestras y maestros del textil de México, no sólo para poner en valor su trabajo sino para hacer una declaración de principios –enmarcados en un Decálogo– que levanta la voz para invitar a la conversación y la colaboración.
Esta semana inicia un movimiento que apuesta por afianzar las relaciones entre pueblos. Original será un espacio para el diálogo, para la comercialización justa del arte textil, para las capacitaciones y los foros de discusión que permitan visibilizar lo evidente y lo que está escrito en hilo, subrayado en los tintes naturales y en los renglones de la Declaración de los pueblos originarios del mundo suscrita en Chapultepec: nada de nosotros sin nosotros y esto quiere decir que –desde la visión de los pueblos originarios– la mejor manera de construir formas de comercio justo, en vez de la apropiación, es practicar la colaboración, la cocreación, la sostenibilidad y la preservación.
Además de su valor cultural y patrimonial los textiles nacionales tienen un peso determinante en la economía de miles de familias. Si el sector cultural representa el 3% del Producto Interno Bruto, la producción artesanal representa alrededor del 18.8% de la economía cultural del país, en segundo lugar después de los medios audiovisuales (36.8) y muy por encima de otras actividades como las artes escénicas y espectáculos (5.5%) o las impresiones y la prensa (3.5%). Del mismo modo, la industria textil y de la confección en su conjunto representan el 3.2% del PIB en manufacturas y tiene el lugar número 10 en dichas actividades. Subir a las cadenas de valor a aquellos productores textiles que trabajan con productos de alta costura de los tejidos e indumentaria, no sólo significa una oportunidad para el crecimiento del sector y del desarrollo económico, se trata también de una alternativa viable para sacar de la línea de pobreza a quienes son los portadores de la mayor riqueza cultural que poseemos en México. Innovar en la tradición quiere decir aprovechar esa riqueza cultural de forma sostenible. Se trata de poner en valor un patrimonio y herencia cultural al mismo tiempo que se construyen mecanismos que permitan la redistribución de dicha riqueza cultural.
En Original hablaremos del futuro de lo hecho a mano y de las relaciones que se pueden tejer entre los diseñadores de los pueblos originarios y las marcas nacionales e internacionales que participarán en este encuentro que busca aportar desde la ética unas nuevas reglas del juego en la industria de la moda a partir de intercambios justos, reconocimiento entre pares y modelos cooperativos.
Con la presencia de más de 15 marcas internacionales y 70 nacionales en diálogo con más de 140 diseñadores y artesanos mexicanos, Original está destinado a convertirse no sólo en un espacio permanente de intercambio sino en un movimiento cultural que empareje el terreno donde sucede el encuentro.
Original. Encuentro de arte textil de México tiene su primera edición del 18 al 21 de noviembre, en el Complejo Cultural Los Pinos, ahora Residencia Oficial del Pueblo de México.
*La autora es Secretaria de Cultura del Gobierno de México.