Los políticos, el IFE y los votos

La credibilidad del Instituto Federal Electoral (IFE) y la de los partidos políticos ha sido nuevamente cuestionada por TV Azteca y Televisa, este fin de semana, al interrumpir la programación de mayor rating para transmitir los anuncios, con lo que se inicia la jornada electoral del 2009.

Por impericia o exceso de confianza de los consejeros ciudadanos, el proceso electoral del 2006 lesionó la confianza que el IFE fue construyendo desde su constitución en 1990, entre los actores y la sociedad mexicana.

La forma en que se constituye el Consejo General que dirigió Luis Carlos Ugalde, no pasó por el consenso de todos los partidos políticos, este factor en su momento hizo mella ante la actitud que asumieron los consejeros electorales.

Además, se deben considerar dos factores que están presentes en todas las contiendas electorales: el gran negocio que representan para los medios informativos y para los partidos políticos las campañas electorales y la forma en que se presentan los políticos mexicanos.

Ante la duplicidad de funciones que existe en el IFE, ante la actitud que han asumido los diversos consejos que la han dirigido, TV Azteca dirigió varias campañas mediáticas con tal de que fuera tomada en cuenta en el reparto de los anuncios propagandísticos.

Esta postura que asumió esta cadena televisiva, sólo es una muestra del interés económico de los medios para que sean considerados a la hora en que se distribuyen los anuncios, que por ley tienen que ser difundidos en los espacios de comunicación.

En razón de la intensidad y de la forma en que se desarrollaron las campañas políticas en el 2006, el IFE no actúo con la prontitud y diligencia de un árbitro con la experiencia de haber realizado cinco procesos electorales.

¿Cuánto pesa el poder ejecutivo, los gobiernos estatales y los sindicatos en una campaña política? Desde mi punto de vista pueden definir el resultado de la elección. No en vano Vicente Fox hace alarde de que su mayor triunfo como presidente fue haberle quitado la presidencia a López Obrador.

Pero fue la única omisión que tuvo el IFE en el 2006, por supuesto que no. En virtud del vacío que se generó al no dar a conocer el resultado de la elección, tuvo que salir José Woldenberg a explicar en los medios lo que estaba ocurriendo en el interior del IFE.

Esta coyuntura llevó a los actores políticos a realizar la reforma electoral del 2007, cuyo gran perdedor fueron los medios de comunicación al quitarles el gran negocio de los anuncios de las compañas políticas.

Lo que hicieron la televisoras el pasado fin de semana daña al IFE y desprestigia a los partidos y los políticos mexicanos ante los ciudadanos, pero estos medios informativos considero actuaron bajo los preceptos de la reforma del 2007 y seguramente el IFE no podrá contrarrestar este golpe mediático.

Con relación de los políticos, hay quienes viven para la política y hay quienes viven de ella. El caso más emblemático de quienes viven para la política es sin duda Barack Obama, un hombre que supo actuar con gran madurez ante la experiencia de dos familias americanas para lograr la presidencia de Estados Unidos: los Bush y los Clinton.

En el caso de los políticos mexicanos han vivido de ella, lo que los coloca en el nivel más burdo, el económico. Tener un partido político en México es un gran negocio y además dada la falta de transparencia y la discrecionalidad con que manejan los recursos, muchos de sus dirigentes se han vuelto unos verdaderos hampones. Ningún partido deja de tener este rasero.

Dada esta coyuntura, habrá poca participación de la sociedad y sólo los partidos mejor organizados llevaran a sus cuadros a votar, los cuales mantendrán sus nichos de poder. Pasamos por un momento crítico y es una lástima que los políticos mexicanos no hagan conciencia para hacer los cambios estructurales que México demanda. En estas condiciones el futuro económico del país es muy incierto.

*Edgar Salcedo ha sido vicepresidente del Colegio Nacional de Economistas y su correo electrónico es esalcedo@optlog.com.mx