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Opinión

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Liderazgo compartido todos ponen

El dato más reciente que tenemos de lo anticuado de los liderazgos es la llamada partidocracia , la dictadura de los partidos políticos en nuestra democracia.

La gran mayoría de los estudiosos del liderazgo hacen referencia a dos grandes escuelas de pensamiento en este campo de conocimiento.

Por un lado, está la llamada Teoría del Gran Hombre (cuyo título resulta hoy machista y excluyente) o enfoque de los atributos que se refiere al análisis de las personas que por algunas características personales logran destacar y dirigir grupos humanos, organizaciones e incluso sociedades completas, y por ello, trascienden en la historia.

Por otro lado, está el enfoque funcional o de la efectividad de los procesos grupales que sostiene, precisamente, que el liderazgo es el eje facilitador de todos los demás aspectos de la dinámica de grupos.

El liderazgo se trata, pues, de la influencia sobre terceros y sus actitudes, creencias y comportamientos.

En resumen, el enfoque funcional o de dinámica de grupos estudia al liderazgo como una fuerza que se ejerce sobre terceros y que, dependiendo de la intención del propio líder, lo que facilita sus tareas para generar resultados en conjunto o centraliza las decisiones y manipula a los demás para beneficio propio.

Desde la década de los 90, una serie de autores, en número aún pequeño, han sugerido que la sociedad ha evolucionado de tal manera que si los líderes no colaboran entre sí, todos perdemos a la larga.

El liderazgo compartido (collaborative leadership, en su expresión original en inglés) se ve como un proceso cada vez más necesario en este mundo global y más integrado por la tecnología y la información (¡ahí están las últimas elecciones en Irán!).

Estamos acostumbrados a referirnos e incluso a fantasear acerca de individuos que salvarán a la sociedad de sus males.

No pensamos generalmente en que los líderes deben colaborar entre sí y en conjunto para aminorar el sufrimiento humano de los demás y asegurar la calidad de vida de todos. Las confrontaciones y la demostración de fuerza en un mundo como el actual ya es disfuncional.

El dato más reciente que los mexicanos tenemos de lo anticuado de los liderazgos unipersonales, mesiánicos y egocéntricos es el hartazgo de nuestra sociedad con la llamada partidocracia , la dictadura de los partidos políticos dentro de nuestra joven y frágil democracia.

Manifestado por medio de movimientos ciudadanos más espontáneos y menos acaudillados por figuras centrales o centralizadoras como el llamado a acudir a las casillas a votar el pasado 5 de julio pero en blanco .

Votar por ninguna opción de las disponibles, pues representan, según el argumento, la continuación del crecimiento de la distancia entre representantes y representados.

El liderazgo compartido es un mensaje para todos: un mensaje a los líderes que ya lo son, y son así reconocidos, para colaborar más con sus pares.

Un mensaje a quienes son colaboradores para asumir liderazgos cuando así se requiere y un mensaje también a quienes ni lideran ni colaboran para que se pregunten cuándo empezarán a responsabilizarse por lo que les toca contribuir en sociedad. Llegó el tiempo del todos ponen .

*Abraham Nosnik es profesor investigador del Centro de Alta Dirección en Economía y Negocios (CADEN), Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México Norte y su correo electrónico es fen@anahuac.mx

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