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Opinión

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La importancia de la diversificación y la amplitud en los portafolios de inversión

La diversificación de una cartera reduce el riesgo total de la inversión. La forma más simple para diversificar un portafolio es invertir en diferentes activos.

El objetivo de una inversión es obtener un rendimiento por arriba de la inflación para un consumo futuro; es decir, ahorrar con un objetivo específico, por ejemplo, comprar un bien o planificar el retiro laboral. El plazo definido para la inversión dependerá de cuándo se prevé utilizar los recursos. El tiempo es un factor importante a considerar cuando se planifican las inversiones, pues a mayor plazo se amplía el tipo de activos financieros con los que se puede construir un portafolio de inversión, soportando la volatilidad que pueden generar los plazos cortos.

A continuación se exponen diferentes tipos de activos financieros, según el objetivo de rentabilidad. Una canasta diversificada de acciones globales en el largo plazo tiende a dar rendimiento acorde con el crecimiento económico más la inflación; esto es una consecuencia de que las utilidades de las empresas crecen al ritmo de la economía, dado que tienen activos físicos, éstos se revalúan contra los efectos inflacionarios. Los precios de las acciones en el corto plazo fluctúan por la oferta y la demanda, por esto en un portafolio es necesario tener otros activos que protejan el rendimiento en los mercados bajistas de las bolsas. Los bonos gubernamentales son otro tipo de activo financiero que suele tener un buen desempeño en periodos de bajo crecimiento económico o en recesiones, porque pagan cupones fijos y generalmente los bancos centrales utilizan la política monetaria para estimular el crecimiento de la economía, reduciendo las tasas de referencia, provocando el aumento del precio de estos bonos; por el contrario, en periodos de alta inflación, los bonos gubernamentales suelen otorgar bajos rendimientos.

Los bonos o deuda corporativa son activos que se comportan en forma similar a los bonos de los gobiernos, pero pagan una sobretasa porque asumen el riesgo del crédito de las empresas. Los bonos de tasa real son activos que pueden proteger un portafolio, ya que pagan un rendimiento por encima de la inflación. De la misma manera invertir en activos físicos —por ejemplo, oro y plata—, tambié otorga protección sobre el alza general de los precios, puesto que su cotización aumenta en términos reales. Otros activos financieros que se pueden utilizar con el fin de lograr el objetivo de inversión en el largo plazo, disminuyendo el riesgo total de la inversión, son las fibras (fideicomisos de inversión en bienes raíces), los derivados y los fondos de rendimiento absoluto; estos últimos son activos que procuran obtener un rendimiento sin ser afectados por los movimientos del mercado.

La diversificación de una cartera reduce el riesgo total de la inversión. La forma más simple para diversificar un portafolio es invertir en diferentes activos: una cartera con acciones de diferentes sectores económicos y países, bonos gubernamentales, bonos corporativos, de tasa flotante, fija y real, además de una posición en materias primas. Con esta composición se tiene un rendimiento acorde con el crecimiento económico global con protección a los mercados bajistas y a la inflación en el largo plazo. La diversificación puede entenderse como el aumento del tipo de activos financieros que componen un portafolio y disminuyen el riesgo, manteniendo el objetivo de rentabilidad. Es importante señalar que incrementar los instrumentos que componen el portafolio no disminuye la volatilidad cuando éstos tienen rendimientos similares en las mismas circunstancias; es decir, si entre los instrumentos existe una alta correlación o movimientos en el mismo sentido el riesgo no baja. Es necesario utilizar activos que tengan rendimientos independientes, cuyo desempeño tenga una correlación baja o bien que no estén influenciados por los otros instrumentos que componen el portafolio; tampoco es conveniente invertir en activos que se comporten opuestamente, ya que neutralizarán el rendimiento total del portafolio. En suma, un portafolio diversificado por instrumentos de baja correlación se conoce como amplitud de las inversiones.

Se puede concluir que la importancia de la diversificación y la amplitud de la cartera son esenciales para la conformación de un portafolio de inversión con un objetivo definido, rendimientos más estables y menor riesgo en el largo plazo. En el mercado mexicano existen fondos de estrategia que combinan diferentes tipos de activos (renta variable, deuda, fibras, fondos de rendimiento absoluto, etcétera) y que ofrecen al amplio público inversionista un objetivo de inversión y un nivel máximo de riesgo. Estos fondos en el largo plazo tendrán rendimientos estables con una menor pérdida máxima esperada y un grado de protección al capital.

El autor es head of Client Strategy Asset Management en BBVA Bancomer.

luisangel.rodriguez@bbva.com

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