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Ideas revolucionarias
Afortunadamente éstas existen y nos dan indicios de cómo lograr cosas que parecerían imposibles; un ejemplo reciente fue un experimento en Estados Unidos.
Imagínese que le encargaran duplicar el porcentaje de alumnos con mayor talento, pero bajos ingresos, que ingresa a las mejores universidades del país al terminar la preparatoria.
¿Usted cómo le haría? ¿Por dónde empezaría?
Ahora imagínese que usted está al frente de la Secretaría de Educación y tuviera que lograr el objetivo sin gastar nada o casi nada. Lo más probable es que usted tendría que renunciar al proyecto, a menos que tuviera una idea revolucionaria.
Afortunadamente las ideas revolucionarias existen y nos dan indicios de cómo lograr cosas que parecerían imposibles.
En un experimento reciente, Caroline Hoxby y Sarah Turner (investigadoras de la Universidad de Stanford) encontraron que la principal razón por la que los alumnos más talentosos (pero de bajos recursos) no solicitan admisión a las mejores universidades no tiene que ver con las altas colegiaturas de las universidades de élite ni con los costos de solicitar admisión.
Tampoco tiene que ver con que a las mejores universidades no les interese reclutar a los mejores que no tienen recursos. De hecho, encontraron que muchas veces los alumnos de alto desempeño y bajos recursos terminan pagando más en universidades mediocres de lo que hubieran pagado en las mejores universidades. También encontraron que muchas de éstas ofrecen becas y ayuda financiera para los alumnos talentosos de bajos ingresos; sin embargo, esa posibilidad de poder estudiar en una gran universidad no le queda clara a muchos miles de alumnos talentosos que terminan por tomar opciones por debajo de su potencial.
El experimento consistió en enviar un fólder con información sobre los requisitos de admisión y ayuda financiera en las mejores universidades de Estados Unidos a 40,000 alumnos talentosos de bajos ingresos.
Un sorprendente 54% de los alumnos que recibió el fólder fue admitido en alguna universidad acorde con su talento. En el grupo de control (con alumnos igualmente talentosos pero que no recibieron el fólder) sólo 30% fue admitido en una universidad acorde con su talento.
El experimento sugiere que si más de esos alumnos talentosos de bajos recursos pudieran comprender las posibilidades a su alcance, sería más probable que tomaran el riesgo de solicitar admisión a mejores universidades.
Con sólo 6 dolaritos por fólder se reveló el potencial de una idea revolucionaria y de miles de jóvenes talentosos.
achacon@eleconomista.com.mx