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Opinión

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Funsalud pone los puntos sobre las íes

Qué tal si en el sistema de salud mexicano se separaran las funciones entre la instancia que presta los servicios médicos y la que ve los dineros para comprar los insumos... Sería positivo. Obligaría a la transparencia y rendición de cuentas de las instituciones que componen el sistema de salud. Por ejemplo, el Seguro Popular, donde las entidades federativas reciben los fondos, hacen las compras y ofrecen los servicios.

Es una de muchas propuestas planteadas por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) que a lo largo de sus 30 años ha mantenido un papel crítico y propositivo aportando estudios, propuestas y recomendaciones a los tomadores de decisiones, siendo punto de referencia en la discusión de la agenda.

Otra es promover convenios entre instituciones que permitan una mayor integración al sistema para iniciar la portabilidad del servicio, es decir que los pacientes acudan a la institución de su preferencia independientemente de donde estén afiliados. Para ello es indispensable un Padrón Único de Beneficiarios actualizado y depurado, además del Expediente Clínico Electrónico Universal.

Una propuesta más de Funsalud es replantear el modelo del primer nivel de atención evidentemente agotado y desahogado en parte con el crecimiento de consultorios médicos en farmacias, pero como lo advierte la OCDE perdiendo la oportunidad de una atención proactiva, preventiva y coordinada e impulsando un mayor gasto de bolsillo no siempre justificado.

Todo esto fue expuesto por el presidente de Funsalud, Pablo Escandón, ante el presidente Enrique Peña Nieto, quien presidió el cierre de la XXXV Asamblea del organismo donde el empresario puso los puntos sobre las íes. Reconoció los avances pero hizo ver la importancia de que el presente gobierno dé pasos en favor de una reforma en salud para lograr servicios de calidad, transparencia y mayor eficiencia en el uso de recursos.

Y dio datos contundentes: del gasto corriente en salud (poco más de 1 billón de pesos en el 2015), 51% es público y 49% privado; sin embargo, del gasto privado, tan sólo 4% proviene del aseguramiento privado. El 96% restante, unos 468,000 millones de pesos, sale directo del bolsillo de los mexicanos. Lo más sorprendente (e ineficiente, decimos nosotros) es que más de un tercio de este gasto proviene de población afiliada a una institución pública de salud.

Ahora bien, si la situación actual es preocupante, las tendencias lo son más si se piensa en la brecha ensanchada entre demanda y oferta efectiva en los servicios de salud frente a una estructura del sistema de salud fragmentado y con claros síntomas de agotamiento. El también director general de Nadro mencionó el caso del creciente déficit de atención en diabetes económicamente insostenible: el costo de su atención en el 2013 representó 2.2% del Producto Interno Bruto, unos 363,000 millones de pesos.

¿Cómo revertir ésta y otras tendencias preocupantes? Funsalud plantea impulsar fórmulas colaborativas en las que se contemple la participación del sector productivo con respuestas prontas y eficaces.

Pablo Escandón ha sido un abierto promotor de la conjunción de esfuerzos público-privados consolidando estrategias efectivas hacia una reforma integral del Sistema Nacional de Salud. Dicha participación, considera, debe ser coordinada y bajo reglas claras de organización que garanticen el cumplimiento de estándares de calidad y mecanismos que permitan el monitoreo sobre el uso de los recursos y el apego a la normatividad.

De otra manera, como dice don Pablo, de dónde provendrán los recursos requeridos para cerrar esa brecha ensanchada de la salud donde hay 120 millones de mexicanos, con perfiles epidemiológicos en rápida transición, y con creciente demanda de servicios de salud de calidad; pero con una oferta insuficiente ante los retos del siglo XXI.

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