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Opinión

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En la nueva nacionalización, más capital privado que CFE

Desde el día 1 había indicios de que la “nueva nacionalización” del sector eléctrico tenía componentes privados. Mexico Infrastucture Partners, la entidad a la que Iberdrola le está vendiendo las 13 centrales eléctricas, es un administrador de fondos privado. Y, aunque sea controlado por el gobierno, el Fonadin, la entidad pública que aportaría los recursos tiene la misión declarada de “maximizar y facilitar la movilización de capital privado”.

Los datos se han ido acumulando. Unos días después, Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, dejó ver desde Palacio Nacional que los inversionistas institucionales (privados) aportarían un 49% del equity de la nueva plataforma.

Pero, hasta la entrevista de la semana pasada del subsecretario Gabriel Yorio con Bloomberg en Nueva York, no había quedado claro que el gobierno quiere que todo “esto sea un instrumento de mercado”. Yorio le dijo a Shery Ahn que “la estructura de financiamiento para la transacción con Iberdrola es una que depende de equity y deuda privada”. Hasta ahí podría haber lugar a dudas sobre la parte del equity. Pero inmediatamente aclaró: “equity privado y deuda privada”. Esto significa que “el gobierno mexicano está aportando fondeo puente, o un préstamo puente en esta –yo la llamaría– primera etapa del proyecto”. Sin embargo, “eventualmente queremos tener un vehículo de propósito específico que pueda aprovechar el mercado local o los mercados internacionales”. En otro momento acotó que Hacienda está “usando el rol del gobierno mexicano como un inversionista para dar un puente al préstamo”. No fuera nadie a malinterpretar que aquí iba a haber un despliegue permanente de recursos del gobierno...

Es la inversa a la estrategia que Hacienda ha seguido con Pemex. Para construir Dos Bocas, el gobierno le está transfiriendo los recursos a Pemex. El equity de Dos Bocas va a ser de Pemex. Lo mismo con Deer Park. El título de propiedad del activo no es de Fonadin; mucho menos de administrador privado de fondos. Es de Pemex.

La timidez del gobierno en la transacción de Iberdrola también contrasta con el arrojo de su apoyo irrestricto hacia Pemex. “Esta Administración es probablemente la que tiene más compromiso con Pemex”, presumió el mismo Yorio en la entrevista con Bloomberg. “Estaremos ahí si Pemex encuentra dificultades”. Fue particularmente claro en decir que no sólo pensaba en términos de transacciones para el manejo conjunto de pasivos (joint liability management transactions). “He aprendido que con Pemex tiene que haber varias medidas (de apoyo), no sólo una”.

Regresando a la transacción con Iberdrola, depender del respaldo de inversionistas privados tiene implicaciones significativas para el cierre de la transacción, que no queda claro que esté tan cerca de ocurrir. Si efectivamente se necesita levantar 6,000 millones de dólares (o algún monto comparable) de los mercados, etiquetándolos específicamente a la ‘nueva nacionalización’, los elevados múltiplos EBITDA que parecen implícitos en la valoración de los activos son apenas uno de los retos significativos a superar. Pero se necesita más detalle público para poder profundizar en el análisis. 

Por ahora, lo más notable es el rol tan pequeño al que quedó relegada la CFE. No sólo no pudo, o no la dejaron, comprar el portafolio de activos mexicanos de la empresa española que más criticaba. Si efectivamente acaba como la operadora de esos activos, va a terminar efectivamente empleada por el capital privado que sí pueda. Es bastante irónico. Darles a inversionistas privados el equity de activos que operaría el gobierno suena a la forma más extrema —y quizás menos conveniente— de privatización que cualquiera pudiera imaginar.

@pzarater

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