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Opinión

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Con un ojo al microscopio y otro al telescopio

Cuenta con una amplia trayectoria como funcionario público en la Banca de Desarrollo y el sector turismo. Fue Subsecretario de Innovación y Desarrollo Turístico de 2016 a 2018. Actualmente, tiene su propia firma de consultoría y es CEO de Board Solutions.

La pandemia ocasionada por el Covid-19, ha tenido un enorme impacto a nivel mundial, pues se estima una caída de 5.2% del PIB global, lo que constituye la recesión mundial más profunda que se ha experimentado en décadas. Además, ha traído consigo un cambio permanente en la forma en la que vivimos y hacemos negocios.

En México, los riesgos y efectos se han visto acrecentados debido a una falta de políticas para hacer frente a los efectos económicos y para controlar la pandemia. Las medidas de contención implementadas han sido tardías y se han relajado de forma prematura.

Para el sector turismo, se estima que los últimos meses han significado una pérdida de alrededor de 180 millones de dólares al día y están en riesgo de desaparecer más de un millón de empleos. Además, al mes de junio, México había registrado una perdida de 4.8 miles de millones de dólares por visitantes internacionales, 10 millones de turistas internacionales, 4.4 millones de turistas aéreos, 4.3 millones de turistas fronterizos y 1.8 millones de pasajeros en cruceros.

La recuperación del sector dependerá de la implementación de una serie de medidas que lo ayudarán a enfrentar, tanto los retos derivados de la pandemia, como aquellos derivados del deterioro del entorno para la inversión y otros desafíos económicos, sociales y políticos.

Algunas de estas medidas son:

  • Creación e implementación de políticas públicas que aborden los problemas estructurales existentes.
  • Adoptación de la digitalización.
  • Promoción de una mayor conectividad.
  • Medidas que apoyen la innovación de las PyMES a fin de garantizar una mayor resistencia económica a largo plazo.
  • Ajustes a la oferta para responder a los cambios en los comportamientos de viaje.

Es importante tener en cuenta que las medidas que se implementen hoy serán las que den forma al turismo del mañana. Por lo que, en este contexto, cobra aún más importancia tomar en cuenta las tendencias internacionales del sector, entre las que se encuentran el desarrollo de proyectos de turismo sustentable y la adopción de prácticas de responsabilidad social corporativa.

De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo (OMT), alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas en 2015, el turismo sustentable debe:

  • Dar un uso óptimo a los recursos medioambientales, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica.
  • Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales y arquitectónicos y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y la tolerancia intercultural.
  • Asegurar actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.

En este sentido, existen agencias y organismos internacionales a las que las empresas del sector podrían recurrir para orientarse y apoyarse. Una de ellas es GIZ, la Agencia Alemana de Cooperación en México que cuenta con distintos programas y proyectos en temas medioambientales, de energías renovables, desarrollo, economía y empleo. Por otro lado, la incorporación de prácticas de responsabilidad social corporativa (RSC) por parte de las empresas del sector contribuye a la mejora del entorno en el que operan y tiene un impacto significativo y de fortalecimiento de vínculos con clientes, empleados, accionistas, medio ambiente, comunidades locales y sociedad en general.

Un ejemplo es el programa “Fortalecimiento de las MIPYME’s para identificar y combatir riesgos de corrupción” liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México y el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), cuyo objetivo es ayudar a las MIPYME’s a integrar análisis y gestión de riesgos de integridad en sus estrategias corporativas al hacer negocios y fortalecer el cumplimiento de las normativas vigentes en materia de responsabilidades administrativas, así como robustecer prácticas de ética e integridad por medio de herramientas que faciliten la identificación, prevención, análisis, mitigación y gestión de riesgos de corrupción.

Esta crisis representa una gran oportunidad para repensar el sector. El apoyo del gobierno es fundamental en la transformación estructural que se necesita para construir una economía turística más fuerte, sostenible y resistente. Sin embargo, está en nosotros buscar la implementación de las mejores prácticas para la gestión de nuestras organizaciones con miras a procesos más institucionales.

Sin prisa, pero sin pausa.

*El autor cuenta con una amplia trayectoria como funcionario público en la Banca de Desarrollo y el sector turismo. Fue Subsecretario de Innovación y Desarrollo Turístico de 2016 a 2018. Actualmente, tiene su propia firma de consultoría y es CEO de Board Solutions.

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