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Buena semana para el presidente y mala para la democracia
Vaya semana que hemos pasado. En otros tiempos, las noticias girarían en torno a las precandidaturas, sobre todo porque es la primera vez que se enfrentan dos mujeres. Ahora, el presidente López sigue dando de que hablar. El otro gran tema es, por desgracia, el de la inseguridad. A pesar de que se informa (es un decir) a diario de los avances contra el crimen organizado (CO), lo cierto es que la impresión es que cada día se van consolidando más los cárteles y las bandas criminales.
Aunque los homicidios son la parte más dolorosa de la acción delictiva, lo cierto es que es un error medir el éxito o el fracaso de una estrategia sólo con base en estos datos. El CO se está infiltrando en todas las actividades económicas, sociales y hasta religiosas del país. Extorsiona, cobra por derechos de piso, controla cadenas productivas en algunas regiones, impone ventas de ciertos productos y, lo peor, está administrando la justicia. Al CO tampoco le conviene el caos una vez que controla un territorio, por esta razón impone reglas. En un artículo anterior, hablé de la teoría de la dualidad de poderes de Lenin. El poder del Estado disminuye mientras el del CO aumenta incluso en el cobro de “impuestos” y la administración de obras y servicios públicos. No hay una medición de todo esto.
Regresemos a la semana del presidente. En estos días hemos visto, con mayor intensidad que la usual, avances en su autogolpe de Estado en cámara lenta. Va por las instituciones que le hace falta controlar. Ya avisó que prepara una iniciativa para que sea discutida en febrero próximo para hacer dos reformas constitucionales, una en materia electoral y otra en el tema judicial. De igual manera, volverá a intentar que la Guardia Nacional quede bajo las órdenes de la Secretaría de la Defensa. Es posible que esté contando con una alianza con Movimiento Ciudadano, pero si esta no se establece, de todos modos, meterá estos temas como propaganda electoral para ser usados por Sheinbaum.
A estas propuestas sumó, el lunes pasado, la de una Reforma Administrativa con el objeto de desaparecer “…todos esos organismos supuestamente autónomos, y es supuestamente (SIC) porque no le sirven al pueblo, están al servicio de las minorías”, dijo. Los organismos a los que se refirió fueron cuatro, pero, por supuesto, no sería extraño que agregara más:
- El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI)
- La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece)
- El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
- La Comisión Reguladora de Energía (CRE)
El rosario siguió: el presidente empujó a la fiscal carnal Ernestina Godoy para repetir en su puesto, pero no fue suficiente y MORENA y sus aliados tuvieron que reventar la sesión del Congreso de la CDMX para patear la decisión hasta el mes de enero; mientras, tratarán de doblar a algunos diputados opositores para conseguir los seis votos que hacen falta.
En el tema de los desaparecidos, el jefe de Gobierno, Martí Batres, y la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, presentaron la metodología y los avances. En un juego de malabares, aseguraron que se habían encontrado más de 35 mil personas, prácticamente una tercera parte del total de los 110 mil señalados por la anterior comisionada Karla Quintana. Los datos son dudosos porque ninguna de las organizaciones civiles u organismos nacionales e internacionales participó en esa tarea. Se hizo a espaldas de la sociedad.
La semana cerró con un duelo de nepotismo, escoger a la hermana del jefe de Gobierno, Lenia Batres, o a Bertha Alcalde Luján, la hermana de la secretaria de Gobernación. De las cuatro candidatas de AMLO para ocupar el puesto de Zaldívar en la SCJN, la mejor o la menos mala, si se quiere, era la segunda, que en sus entrevistas en el Senado mostró distancia con algunas propuestas de López Obrador, por ejemplo, en lo que respecta a la prisión preventiva oficiosa. Tal vez por esta razón, desde Palacio llegó la orden de que una abogada sin una sólida formación constitucional, pero totalmente leal, como Batres, ocupara el puesto. Ya se sabe, lealtad sin importar capacidad.
El presidente aprovechará diciembre para “regalar” inauguraciones de una serie de obras incompletas o poco rentables. Ya el pasado 1 de diciembre inauguró el Aeropuerto Internacional de Tulum. Hoy viernes 15 se llevará a cabo el viaje inaugural del Tren Maya, una obra cuestionada por ambientalistas y economistas, incompleta y opaca en cuanto a su costo. El 26 se dará el banderazo para que inicie operaciones Mexicana de Aviación, la aerolínea militar, con viejas aeronaves de la Sedena. Finalmente, el 29 será inaugurada la ‘súperfarmacia’, una bodega casi vacía y mal equipada. Supongo que esta parte podría llamarse el circo de la autocomplacencia.