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A enmendar errores

Necesario definir industrias o sectores prioritarios a desarrollar.

Qué duro es haber dejado de ser un país prometedor a los ojos del mundo, como lo fuimos en el pasado no muy lejano. No figurar dentro del grupo BRIC, conformado por Brasil, Rusia, India y China, es algo que cala hondo, especialmente por el hecho de que apenas hace unos cuantos años nuestro PIB era superior al de Brasil, India y Rusia.

Pero por si eso fuera poco, ahora se nos comienza a señalar con el dedo como sucedió con Colombia en las décadas de los 70 y 80, cuando los narcotraficantes controlaban la economía y el gobierno de ese país amigo.

Por ello, si a los ojos del mundo la transformación de Colombia es algo trascendente, a los ojos de todos los mexicanos el logro de Colombia adquiere dimensiones extraordinarias.

Tratando de comprender qué pasó en el camino podemos encontrar una buena cantidad de posibles respuestas, pero sin lugar a dudas, algunas de ellas se acercan más a la verdad que otras.

En materia económica, la falta de una clara rectoría del Estado para definir industrias o sectores prioritarios para impulsar y desarrollar después de la apertura de la economía, parece ser una de las respuestas que podrían estar más cerca de la realidad.

Y es que después de décadas de esfuerzo en materia de desarrollo industrial, un buen día y de un solo plumazo se cancelaron todas las acciones en esa materia.

La diferencia

Brasil, Rusia, India y China jamás compraron totalmente la receta del neoliberalismo como lo hicimos en México. Nuestra cercanía y estrecha relación económica y política con Estados Unidos parece haber sido la razón más importante de nuestra decisión. Los países BRIC jamás confiaron ciegamente en las políticas neoliberales. Adoptaron muchas políticas para fortalecer la apertura de sus respectivas economías, pero nunca abandonaron realmente la rectoría del Estado.

De allí los sorprendentes avances que experimentaron en dos décadas. Nunca en esos países se escuchó una afirmación como la que se pronunció en México en el sentido de que “la mejor política industrial es la que no existe”.

Dicho en términos coloquiales, a los mexicanos nos chamaquearon. En realidad, los funcionarios de los regímenes de Salinas y Zedillo tenían una inmejorable preparación y una gran voluntad para hacer crecer a México, pero su ingenuidad nos costó cara.

A partir del 2000, los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) han tratado de corregir el error, implementando una política de desarrollo empresarial caracterizada por apoyos directos y concretos a las empresas, pero no lo han hecho de una manera suficientemente contundente. Debemos recordar que a los gobiernos de los países BRIC les tomó más de dos décadas de esfuerzo lograr los avances que ahora muestran.

Por ello es importante dirigir los esfuerzos hacia la definición de industrias y sectores estratégicos a los que debemos apostarle con toda la fuerza del Estado y hacer concurrir los recursos de la iniciativa privada y del sector del conocimiento. De no empezar cuanto antes, será cada vez más difícil para México lograr avances sustantivos.

Alejandro González

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