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COI, un organismo que busca no quebrantar sus valores
Apenas hace unos días, el comité amenazó a India de expulsarla por motivos de corrupción, pero no es la primera ocasión que sucede algo así con sus miembros.
Los valores olímpicos son inquebrantables para el Comité Olímpico Internacional (COI) que apenas hace unos días amenazaba al Comité Olímpico de India a expulsarlo del movimiento al no cumplir con las reglas de buena administración, que es un tema crucial para el COI , según informó el presidente del organismo Thomas Bach.
India estaba viviendo el problema de tener entre sus filas a funcionarios corruptos, situación considerada incorrecta por el COI para mantenerse dentro de sus filas y, aunque el Comité de aquel país logró evitar la expulsión, lo cierto es que el máximo rector del movimiento olímpico ha dirigido sus políticas de suspensión a países o miembros que no vayan con sus valores.
Así sucedió con Sudáfrica hace poco más de 40 años. En 1962, justo cuando la política de segregación racial conocida como apartheid dominaba ese país, el COI advirtió a dicha nación que de no haber cambios los expulsaría del movimiento, pues no comulgaba con esa forma de racismo, por lo que los dejó fuera de los Juegos Olímpicos de 1964 y no fue sino hasta la competencia de Barcelona 1992 cuando los reintegró como participantes de la justa veraniega.
MIEMBROS Y ATLETAS TAMBIÉN HAN SIDO EXPULSADOS DEL COI
Pero las decisiones basadas en la política no se han dirigido siempre a países enteros; sus miembros activos también han sufrido las políticas de expulsión del COI. Tal es el caso de Manuel Quintana Jr., a quien en 1910 se le encontró culpable de utilizar su posición como miembro del organismo para conseguir intereses personales.
Del mismo modo, en 1948, en pleno apogeo de las políticas nazis en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, el húngaro Nicolas Hurthy fue también expulsado de las filas del COI debido a su apoyo al régimen impulsado por Adolf Hitler.
Dos años más tarde, el italiano Giorgio Vaccaro, quien era Presidente de la Federación de futbol de su país, también perdió su estatus dentro del Comité debido a su apoyo al régimen fascista.
Sin embargo, el caso más sonado en cuanto a expulsiones del COI fue quizá el ocurrido tras las elecciones de los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City en 1999, debido al escándalo de corrupción que se generó por la votación.
Agustín Arroyo, de Ecuador; Sergio Santander Fantini, de Chile; Zein El-Abdin Gadir, de Sudán; Jean-Claude Ganga, de Congo; Lamine Keita, de Mali, y Seiuli Paul Wallwork, de Samoa Occidental fueron excluidos por dicho escándalo.
A su vez, Bashir Attarabulsi, de Libia; Pirjo Häggman, de Finlandia; Charles Mukora, de Kenia, y David Sibandze, de Suazilandia se ven obligados a dimitir por tener relación también con el caso de Salt Lake.
El COI ha demostrado que no tiene ninguna preferencia por ninguno de sus miembros, poco importándole también si son incluso atletas. Tal fue el caso de la griega Paraskevi Papachristou, una saltadora que estaba a punto de participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y quien fue expulsada de la competencia por haber publicado en su cuenta personal de twitter lo que, a decir del COI, eran insultos racistas, situación que no concordaba con los valores que promueve el olimpismo.
Con tantos africanos en Grecia los mosquitos del Nilo al menos tendrán comida casera , publicó la griega en su red social.
Papachristou tuvo que volver a su país sin haber participado en los juegos y se le juzgó por, supuestamente, formar parte del partido neonazi conocido como Aurora Dorada.
En esa misma competencia, el futbolista suizo Michel Morganella, fue excluido del equipo olímpico tras realizar vía Twitter comentarios racistas contra sus rivales coreanos, a quienes dijo: vayan a quemarse .
cristina.sanchez@eleconomista.mx