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Libros y libreros en mayo
En este mes de fiestas patrias, familiares y magisteriales, parecería que todo lo que abarca la materia editorial ya no es tema.
Como bien dice Tomás Granados en la página de Libros sobre libros, un libro impreso es muy engañoso. Todo en él parece listo para ser leído y más de un lector creerá que así fue preparado por el autor. Pero entre el original que produce un escritor y los ejemplares impresos interviene un sinfín de personas con un solo propósito: lograr una comunicación efectiva .
Después vendrán los comunicadores de alma digital, los adictos tecnológicos y los lectores que pierden el foco después de los 145 caracteres.
Piensan en la inminente desaparición de los libros como tales, y de las editoriales también.
Y entonces, todos los que tenemos por casas los libreros podremos acudir a clásicos como La aparición del libro de Lucien Febvre y Henri-Jean Martinos y así volvernos a enterar del otro y vetusto entorno tecnológico que permitió que el orfebre Johannes Gutenberg perfeccionara la talla y producción masiva de tipos móviles para su imprenta o de plano releer Libros en llamas, la historia de la interminable destrucción de bibliotecas de Lucien X. Polastron, para curarnos en salud y consolarnos leyendo la contraportada.
Justo cuando dice: Las palabras que la gente pronuncia se las lleva el viento, a las que están impresas en papel se las lleva el fuego. O el agua, o los insectos, o las bombas, o la mera negligencia, o el violento odio de un conquistador que pretende borrar el pasado. En la obra que el lector tiene en las manos se revisa la aterradora y frecuente práctica de destrucción de libros, en ocasiones como consecuencia de una invasión o una venganza, en otras como resultado de un accidente, en algunas más como un símbolo, pues muchas hogueras de libros en realidad buscaban aniquilar a sus autores .
Pero ya después nos llegará la calma. Mañana porque volveremos a ir a una librería a ver qué hay de nuevo. Hoy porque ya supimos que desde primer día de este mes de mayo y hasta el día 5, la edición 27 del Salón Internacional del Libro y de la Prensa que se lleva a cabo en Ginebra, Suiza, recibe a México como invitado de honor. Y que su presidenta, Isabelle Falconnier, que nada sabe de si leemos uno o un libro y medio al año, dijo que la literatura mexicana es de las más prolíficas e influyentes en lengua española. Más de 15 escritores nacionales, entre los que se encuentran Alberto Ruy Sánchez, Margo Glantz, Guadalupe Loaeza, Enrique Serna y Rafael Pérez Gay, participarán en conferencias, mesas redondas, representaciones teatrales y lecturas de poesía. Además de un homenaje a Carlos Fuentes, que será una de las actividades centrales, destaca la conferencia 100 años de la literatura en México dictada por Philippe Ollé-Laprune, la muestra fotográfica de Flor Garduño, un espacio para escritoras mexicanas que residen en Suiza, como Araceli Rico, Kyra Núñez, Guadalupe Avilés y Eva Noroña, y para acabar de darle gusto al cuerpo, la participación del chef mexicano Elías Salas que ofrecerá a los suizos, además de una gran variedad de moles, también diversos tipos de tequila.
El Salón Internacional del Libro y de la Prensa, dicen los que saben, los que leen, los que editan y escriben, es uno de los cinco encuentros más importantes de Europa, al que no sólo acuden editores en lengua francesa, sino también italiana y alemana. Todo fuera como eso hubiera dicho mi tía Clemencia cualquier mañana de mayo, acordándose de Europa y leyendo su librito encuadernado a mano.
ckuhne@eleconomista.com.mx