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Arte e Ideas

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Cord cutting no es el? final de la TV de paga

Como sucedió con la llegada de la telefonía celular, es sólo el reacomodo de la industria.

Cortar el cordón es una frase que, desde donde se escuche, suena determinante. Se trata de una acción que implica redefinición: iniciar un rumbo desconocido, tomar riesgos, probar nuevas formas de hacer las cosas y experimentar.

En su significado más burdo, cortar el cordón nos remonta al día en que nacimos, en el cual nos cortaron el cordón umbilical, desconectándonos de nuestro único sustento al menos hasta ese momento conocido y se nos obligó a experimentar una nueva forma de sobrevivir. Respirar por la nariz y comer por la boca. Posteriormente, en los umbrales de la adultez, viene otro corte de cordón . Nos independizamos del hogar para comenzar una nueva vida, en la cual debemos buscar la manera de mantenernos y de encontrar sustento para la generación que viene detrás de nosotros.

Visto desde un punto de vista de mercado, también se da un corte de cordón . Para muchos de los usuarios de la industria de TV de paga (ya sea satelital o por cable) ha llegado el momento de cortar el cordón .

De hecho, en el mundo de las telecomunicaciones, este fenómeno ni siquiera es algo nuevo. Hace un par de décadas, la industria telefónica vivió este suceso de manera dramática, cuando la llegada de la telefonía celular puso a temblar a los servicios de telefonía fija.

Si recuperáramos las observaciones de analistas y expertos de la industria en esos días, seguramente encontraríamos todo tipo de pronósticos sobre ese fenómeno, desde los más fatalistas hasta los más optimistas. Finalmente, lo que ocurrió fue un avance tecnológico en la industria que vio nacer una nueva y útil manera para comunicarnos. No significó el fin de la telefonía, pero sí el aumento de competencia en ese mercado y el fenómeno de sustitución por parte de millones de usuarios que dejaron de hablar por el teléfono fijo para hacerlo por el móvil.

Actualmente la industria de la TV de paga vive a nivel mundial el fenómeno conocido como cord cutting, o cortar el cordón, lo que implica que varios de los suscriptores a los servicios de TV restringida cancelen sus suscripciones, ante la creciente oferta de contenidos vía Internet, que ofrece ciertas ventajas sobre las empresas cableras: pueden ser vistos donde sea, cuando sea y en el dispositivo que sea.

Los primeros efectos adversos para las empresas de TV de paga ya empiezan a ser tangibles. Hace unas semanas mencioné las caídas en los precios de las acciones de las grandes empresas de TV de paga en Estados Unidos. Lo cual, de seguir así, llevará a despidos, cancelación de contratos y otra serie de medidas por parte de dichas compañías a fin de revertir pérdidas. Pero, a pesar que estas medidas son necesarias por razones financieras, la respuesta a este tipo de fenómenos está más en la aceptación de la realidad, la innovación y la rápida adaptación por parte de los jugadores.

En el escenario mundial de las telecomunicaciones, la gran constante es el cambio, el nacimiento de alternativas que sustituyen servicios y las empresas que participan en esa industria lo saben bien. Es por eso que la TV de paga se está viendo forzada a renovarse o morir, a reinventarse, y ofrecer esquemas más atractivos para los usuarios a fin de poder seguir compitiendo.

Bajo este nuevo panorama, las empresas de TV de paga tienen que responder pronto a los cambios tecnológicos que les abren un nuevo frente de competencia que los puede sustituir. También tienen que invertir en nuevas tecnologías y sistemas que se adapten a la nueva realidad de medios y plataformas. Adicionalmente, deben encontrar maneras de atraer a audiencias más exigentes e informadas. La buena noticia es que todos estos cambios y nuevos sustitutos de servicios significan beneficios para los usuarios: diversidad de competidores, acompañados de mejores precios y calidad.

Finalmente, estamos presenciando un esquema en el cual se están dando nuevas alianzas entre jugadores que competían, así como competencia entre jugadores. El papel de las autoridades regulatorias, en este caso el IFT, es imprescindible para que la justa competencia dentro de un mismo mercado, el de audio y video asociado, permita que el reacomodo de nuevos jugadores y brinde el mayor beneficio posible para los inversionistas, sobre todo, en beneficio de los usuarios finales.

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