¿Cómo utilizamos la información ambiental disponible?

La sexta Evaluación Regional de Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO 6) para América Latina y el Caribe es una herramienta creada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que ofrece una visión general de los factores ambientales que contribuyen a la salud y el bienestar humanos a nivel regional y que puede apoyar la toma de decisiones ambientales.

Ésta revisa las prioridades regionales, describe el estado del medio ambiente en la región (aire, agua, océanos, tierra, biodiversidad), evalúa las respuestas políticas a los problemas ambientales y revisa las tendencias futuras que pueden afectar el entorno.

El informe revela datos de crecimiento económico y medio ambiente, el cual se está dando a expensas de los recursos naturales, como la sobreexplotación pesquera que afecta 70% de los arrecifes del Caribe; la deforestación en la región, consecuencia de la agricultura comercial en 7%; los 1,680 km2 de bosques que se perdieron en América del Sur debido a la minería.

También hay datos de innovación y tecnología, que dejan saber que el número de técnicos, ingenieros, investigadores y científicos no está a la par del tamaño de las economías de la región y que tan sólo 2% del Producto Interno Bruto es el presupuesto que aporta la región a investigación e innovación. Además, en temas de cambio climático, informa, por ejemplo, que los glaciares andinos se están reduciendo aceleradamente como consecuencia directa del cambio climático o que el aumento de 1 metro del nivel del mar podría desplazar a 110,000 personas en los países de la comunidad del Caribe.

A pesar de la relevancia de esta información, ¿qué tanto se utiliza?, ¿cómo se traducen estos datos en acciones concretas?, éste fue el motivo por el cual autores del GEO 6 LAC y expertos en temas de datos e información ambiental de toda la región se reunieron en México. También discutir la viabilidad o rediseño de los reportes, hallazgos del informe y nuevos usos de la información fueron otros de los temas que abordaron en el encuentro.

“Hay muchos países que están produciendo terabytes de datos, una cantidad que ninguna institución u organización científica puede analizar o utilizar en forma aislada, lo relevante es que no sólo no se puede procesar y analizar por un solo país, sino que tampoco se puede comunicar. Éste es el punto dramático, cada minuto se genera información, pero se debería empezar a explotar este potencial de una forma mucho más sistemática con un esfuerzo regional. Ésta es nuestra visión y lo que intentamos hacer, para que haya iniciativas conjuntas y se empiecen a explotar esta mina de datos”, dijo Francesco Gaetani, coordinador regional del Programa de Medio Ambiente ONU a El Economista.

Durante el encuentro, además fueron presentados ejemplos de toda la región en el uso de datos, como el proyecto MapBiomas, la tecnología Lidar o las distintas aplicaciones de Conabio, como Naturalista o Biodiversidad Mexicana, entre otras.

Por su parte, César Rodríguez, coautor del GEO 6 LAC y director de análisis e indicadores en Semarnat, compartió: “Estamos en una era donde hay más información que nunca disponible para cualquier tipo de usuario, incluso cada día es más común combinar la información ambiental con la social y económica para la toma de decisiones. Esto requiere de intercambiar experiencias entre países para conocer los retos de difundirla y encontrar ideas para que ésta se organice y repercuta en la política pública de cada país”.

Nuevos usuarios

El GEO 6 es una publicación que se produce a nivel global y podríamos decir que hoy tiene muchos usuarios. “Es una publicación que desde los años 2000 se distribuye en toda Latinoamérica y a todos niveles, desde ese momento los consumidores de esta información no solamente fueron tomadores de decisiones, aunque cada producto tiene usuarios diferentes, buscamos que el público en general, los ciudadanos entren también a la discusión, explicó Gaetani.

Los GEO incluso tienen productos para jóvenes, con una forma de comunicar mucho más específica, “tratamos de familiarizar al público con conceptos y temas científicos que en verdad ayuden a generar mayor acción, no sólo un like”.

Dijo que la estrategia es poner en la mesa temas muy científicos que abarcan tiempos muy largos, cuya dinámica realmente no se puede apreciar en años o meses, pero que sí están cambiando el medio ambiente, por ejemplo, la industria extractiva o contaminación del agua con metales pesados, donde los efectos no son en tres años, sino con estadísticas de 10, 20 o 30 años.

El Caso Mexicano

Rodríguez explicó que para el caso de México este documento apoya, pero no es el único, “hay mucha más información que se produce a nivel nacional y que apoya de manera más sólida la toma de decisiones”.

Pero agregó que se trata también de una visión actualizada del estado de los diferentes componentes del medio ambiente y logran traer a la luz problemas emergentes. Por ejemplo, en esta edición se cuenta con un mapa sobre dónde se encuentran las islas de plásticos en la región; además, hay muchos datos que atañen a México específicamente.

Concluyó que “el crecimiento de la información ambiental en México ha sido muy importante y son muchas las entidades, tanto del gobierno como de organismos autónomos, que generan una gran cantidad de información ambiental y cada día crece la sinergia entre instituciones para compartir y generar una mayor cantidad de información. Incluso ya hay marcos normativos para la generación y uso de la misma. “Yo diría que México cada día está más fortalecido en cuanto a la disponibilidad de material ambiental”.

nelly.toche@eleconomista.mx