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Boris Godunov: la ópera total
Es una joya rara y este sábado será posible apreciarla (más bien dicho, vivirla) en el Auditorio Nacional transmitida en vivo desde la Metropolitan Opera House de Nueva York.
Richard Wagner soñó con la ópera total. La ópera que lo ocupará todo, la ópera que capturará la vida en suma, desde sus picos más altos a sus valles más oscuros.
Pero a Wagner sólo le interesaban la desgracia y la gloria, es decir, la épica. Nunca entendió esos silencios que le dan ritmo a la vida. Siempre despreció a los hombres comunes. Por eso Wagner nunca logró su tan anhelada ópera absoluta.
Quien sí lo logró fue un autor menos soberbio, alguien que en el nombre llevaba el sino: Modesto Mussogorsky. Tan modesto que Boris Godunov, su obra maestra, está basada en el trabajo de alguien más, la obra de teatro del mismo nombre de Alexander Pushkin.
Una ópera total, eso es Boris Godunov. Es una joya rara y este sábado será posible apreciarla (más bien dicho, vivirla) en el Auditorio Nacional transmitida en vivo desde la Metropolitan Opera House de Nueva York.
El barítono alemán René Pape lleva peso de ser Godunov, un hombre común que llega a ser uno de los más grandes zares de la Rusia feudal y al que el hambre de poderlo lleva a cometer un acto imperdonable.
El alma de Rusia
Boris Godunov es una historia monumental donde se pasa del amor a la intriga política y de ahí a la aventura episódica. Tiene momentos cómicos, otros poéticos. Termina con un desenlace trágico. Su mayor logro es nos incrusta en la vida cotidiana rusa. Entendemos el espíritu de ese pueblo.
Es una de las piezas más complicadas poner en escena: dura casi 5 horas, necesita un coro monumental, su protagonista no es un tenor sino un bajo o un barítono, que son más escasos. Una compañía de ópera podría pasarse una temporada completa planeando y presentando unas cuantas funciones del Boris.
Es muy difícil resumirla, pero grosso modo narra el ascenso y caída de Boris Godunov, regente de Moscú durante el reinado de Iván el Terrible, un hombre honesto y buen burócrata. A la muerte de Iván, cuyo único heredero muere sospechosamente, una mezcla de intriga y casualidad llevan a Godunov al trono. En ese proceso comete actos indecibles. Gana el poder absoluto y pierde su inocencia.
Mussogorsky escribió Boris Godunov penosamente al mismo tiempo que trabajaba de burócrata. Fue su primera ópera después de un largo periodo de sequía creativa acentuado por su alcoholismo. Viviendo esa vida de personaje de Dostoievsky, el modesto Modesto creó con Boris Godunov un retrato del poder político tan apasionante como Julio César de Shakespeare y tan doloroso como Todos los hombres del rey de Robert Penn Warren. No se la pierda.
Auditorio Nacional
(Reforma y Campo Marte, Chapultepec).
Sábado 24 de octubre
11 de la mañana
Precios: $40 -$300