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La carrera por dominar la IA: ChatGPT vs. Gemini 3

La carrera por la mejor IA ya no se define solo por el rendimiento: poder de cómputo, usuarios e ingresos marcan la nueva disputa entre OpenAI y Google.

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Foto: Archivo

Redacción El Economista

La carrera por el liderazgo en inteligencia artificial (IA) volvió a acelerarse. El lanzamiento de Gemini 3, el nuevo modelo de Google, no solo recortó distancias con ChatGPT, sino que puso a OpenAI bajo presión y la obligó a reaccionar con rapidez en un mercado cada vez más competitivo.

De acuerdo con información de The Decoder, OpenAI se prepara para presentar en los próximos días un nuevo modelo de razonamiento que buscaría colocarse por delante de Gemini 3, en una disputa que ya no se limita a quién tiene la tecnología más avanzada, sino a quién logra sostenerla económica y estratégicamente.

Del dominio de ChatGPT a la competencia abierta

Desde 2022, OpenAI había marcado el ritmo de la IA generativa tras sorprender al mundo con ChatGPT, un avance que desplazó momentáneamente a Alphabet, matriz de Google, considerada hasta entonces la líder del sector. Sin embargo, ese dominio comenzó a erosionarse.

En noviembre, Google presentó Gemini 3, un modelo que en pruebas estándar superó a ChatGPT en algunos rubros. 

El movimiento encendió las alertas en OpenAI. Según reportes citados por The Wall Street Journal, su director ejecutivo, Sam Altman, declaró un “Código Rojo” interno, pidiendo a sus equipos enfocarse casi exclusivamente en el desarrollo de ChatGPT y dejar en segundo plano otros productos.

Hoy, ChatGPT cuenta con más de 800 millones de usuarios semanales, según Altman. Por su parte, Gemini alcanza a más de 650 millones de usuarios mensuales, de acuerdo con Sundar Pichai, CEO de Google, quien además destaca que más del 70% de los clientes de Google Cloud ya utilizan sus soluciones de IA.

El reto financiero de OpenAI

Mientras Google diversifica sus ingresos, OpenAI enfrenta un desafío clave: la rentabilidad. La empresa depende principalmente de suscripciones y de acuerdos con compañías que integran sus modelos, además del respaldo de Microsoft, su principal inversionista.

Aun así, OpenAI no es rentable. Según estimaciones compartidas con inversionistas, no espera generar beneficios antes de 2030. Un análisis de HSBC, citado por Financial Times, advierte que incluso si los ingresos alcanzan los 213 mil millones de dólares para ese año, los costos podrían superar esa cifra y generar pérdidas mayores a 70 mil millones de dólares.

Para Cox, el gran reto de OpenAI será construir un modelo de negocio capaz de sostener mil millones de usuarios semanales, algo que difícilmente se logrará solo con suscripciones.

China entra con precios bajos y presión global

A la competencia entre Estados Unidos se suma China, que avanza con rapidez. Empresas como Baidu han presentado modelos como DeepSeek, que aseguran igualar el rendimiento de GPT-5 y Gemini 2.5 Pro, apostando por precios muy bajos para ganar terreno en mercados occidentales.

La advertencia no es menor. Jensen Huang, CEO de Nvidia, señaló recientemente que China está apenas “nanosegundos detrás de Estados Unidos” en el desarrollo de IA, lo que podría cambiar el equilibrio global del sector.

Lejos de sustituirse, estos sistemas podrían coexistir. A mayor inteligencia disponible, más aplicaciones surgirán, ampliando un mercado que, por ahora, sigue abierto y en plena transformación.

Con información de DW

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