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México comienza a atacar el problema de la corrupción: Centro W. Wilson
La organización destaca que hay actores políticos en México que no tienen la mejor credibilidad y aún hay mucho trabajo pendiente en esta área.
Para el director del Instituto México del Centro Woodrow Wilson, Duncan Wood, el gobierno finalmente ha comenzado a reconocer la magnitud del problema de corrupción en el país, así como los costos que ésta genera, tanto en términos económicos como políticos.
El gobierno propuso estos cambios después de verse atacado con acusaciones de conflicto de intereses en relación con el Grupo Higa, una empresa de construcción que ha ganado importantes contratos de las administraciones del mandatario Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Estado de México y durante su Presidencia.
En un texto publicado en la revista Foreign affairs, Duncan Wood hace mención de la reforma financiera; así como del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción, como estrategias para, finalmente, comenzar a atajar el problema de la corrupción.
El especialista en temas sobre México reconoce que si bien los actores políticos no tienen la mejor credibilidad y aún hay muchas reformas pendientes por aprobar en esta área, el clima es positivo.
En el 2015, una coalición de organizaciones civiles empujó la iniciativa conocida como Ley 3de3, misma que obtuvo más de 634,000 firmas junto con el apoyo de grandes empresarios. Si bien esta normativa estuvo sujeta a un tortuoso proceso en el Congreso y este ejercicio no resolverá por sí mismo el problema de la corrupción en el país; representa un paso importante por sí mismo en la dirección correcta .
El especialista comenta que aunque muchos políticos mexicanos todavía están incómodos con la legislación propuesta, la presión pública para que se dé el cambio mantiene la construcción, especialmente del sector privado.
Esta presión no cambiará a México durante la noche o en cualquier momento pronto. Pero en el largo plazo, representa la mejor oportunidad de hacer frente a sus numerosos problemas actuales del país , se lee en el documento.
En tanto, Mauricio Merino, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) escribió para el Centro Woodrow Wilson que la corrupción no es una causa sino una consecuencia de los defectos del diseño institucional mexicano y que, para combatirla, no sería suficiente perseguir y sancionar a individuos corruptos, sino modificar a la vez las normas, los procesos y los entornos institucionales en los que se origina.
Corrupción e impunidad se han reforzado mutuamente y son fenómenos históricos, tanto en el sentido literal del término -por su antigüedad como por las características que definen buena parte de las prácticas más arraigadas del régimen político mexicano actual , analiza Merino en el trabajo titulado México: la batalla contra la corrupción .