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Opinión

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Oportunidades ¿reales? para jóvenes

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Marielena Vega | Junta de Consejo

Marielena Vega

Hablar de oportunidades para los jóvenes es enfrentarnos a un panorama de claros oscuros. Mucho se ha dicho que estamos pasando por un crecimiento laboral, de mejores oportunidades, que como país vamos logrando cambios en la legislación que buscan favorecer las condiciones de los trabajados, incluso que oficinas de Estados Unidos están muy al pendiente. La respuesta rápida y en papel es sí, pero, la realidad es otra.

Es cierto e importante tener reglas claras, sin embargo, hablar de oportunidades para los jóvenes es hablar de un mundo donde la informalidad avanza, donde las oportunidades no están presentes y donde las limitantes se ven desde las aulas.

Es preocupante el panorama. Vamos por partes, el PIB decreció, y este año no alcanzaremos ni 1% de crecimiento, generando poca inversión y con ello nula generación de empleo, no obstante, según datos oficiales de la encuesta nacional de ocupación y empleo, la tasa de informalidad está en 54.8%, niveles que se han mantenido en los últimos 10 años, sin poder combatirse.

Hoy día es más preocupante este nivel de informalidad, de frente a la situación nacional e internacional, de incertidumbre, falta de certeza jurídica, salida de inversión y con ello desempleo.

Regresemos a las cifras. La tasa de desocupación subió al 3%, de los cuales, el sector primario apenas creció 0.1%, el sector secundario (manufactura, construcción) decreció 0.6%, lo que manda señales claras de que la economía se esta desacelerando.

Ahora bien, de la población desocupada: 49% van de los 25 a 44 años, por cierto, la edad más productiva; el 32% de la población que no encuentra trabajo en México esta entre los 15 y 24 años, aquí hablamos de los jóvenes que no encuentran oportunidades.

Podremos argumentar que un 45.2% de la población que esta en la economía formal, sí encuentra un trabajo, ¿bien remunerado? La realidad es que, con una economía en desaceleración, sin políticas públicas claras por revertir el crecimiento de la economía informal, y por el contrario, de frente a la incertidumbre interna y externa, que van desde la certidumbre de estado y derecho, hasta la revisión del T-MEC, la realidad es que 2026 no se prevé nada alentador.

El reto más importante esta en elevar la economía y disminuir la informalidad, todo ello a través de la generación de condiciones para atraer inversión y entonces tener en una estructura efectiva.

Pero, parece que no hay vías de comunicación con el actual Gobierno Federal, dado que si bien es cierto como muchas cúpulas empresariales manifiestan, el diálogo con el actual gobierno es constante y mucho mejor que en el sexenio pasado, la realidad es que las platicas no llegan a concretarse en programas que estén implementándose, todo queda en buenos deseos, y en promesas que avanzan desde la parte de la iniciativa privada, pero tuncas por no terminarse de consolidar por parte de las autoridades.

Un año que cerrará de forma compleja, y un 2026 donde al parecer, la esperanza viene del extranjero, en especial del país vecino, Estados Unidos, de quien se podría esperar pueda interponer mejores estrategias para que las autoridades mexicanas se alineen, porque es una realidad que tampoco a este gobierno le interesa que México se quede sin que genere dinero. Lo importante es que se pudiera revirar el rumbo y comenzar un crecimiento de por lo menos 2 por ciento. ¿Será posible?

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Marielena Vega

Socia Cofundadora, y conductora del programa de radio Salud, Dinero y amor. Programa de finanzas, negocios, economía y bienestar.

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