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Cuauhtémoc y las conciencias intactas

Una de las banderas de la 4t es el combate a la corrupción. El presidente anterior no se cansó de decir que barrería de arriba hacia abajo las escaleras, que dejaría todo pulcro después de su trabajo de limpieza. En eso parece que falló catastróficamente, ¿o será que me equivoco? No lo digo por el descalabro en el índice de percepción de la corrupción 2024, en el que México baja hasta el sitio 140 de 180 (el mejor posicionado es el primero), con una calificación de 26 puntos sobre 100 (Dinamarca tiene 90 sobre 100). Tampoco lo digo porque el Inegi consigne que, en 2023, el 83 por ciento de las personas consideraron que la corrupción en nuestro país es “frecuente o muy frecuente”. Lo digo porque no logró la famosa transformación de las conciencias: ni del pueblo ni de la clase gobernante. Si tal cambio en el entendimiento hubiese sucedido, ¿cómo se explicaría, por ejemplo, el silencio cómplice ante las acusaciones contra Cuauhtémoc Blanco Bravo? El exgobernador de Morelos y hoy diputado por Morena está bajo sospecha de malversación de fondos. A mediados de enero el gobierno entrante de Morelos (también de Morena, hay que decirlo) acusó a quien resulte responsable de irregularidades en el gasto de 40 millones de pesos. Habría que aplaudir la probidad de la nueva gobernadora por dar un paso adelante y denunciar los malos manejos. Sin embargo, si atendemos a la auditoría pública de la ASF, entre 2019 y 2023 se hallaron gastos irregulares en Morelos por la friolera de 3,269 millones de pesos. Entonces, veo dos opciones: o quieren tapar el sol con un dedo de 40 millones, o la denuncia del mes pasado es apenas una entre muchas que vendrán. Veremos.
Volvamos a la transformación de las conciencias, pues la conducta del señor Cuauhtémoc Blanco da para más: su media hermana lo acusó de intento de violación, por lo que el fiscal de Morelos pidió el desafuero del diputado, para seguir con la investigación. Mientras el desafuero sigue en entredicho (mientras escribo esto, Animal Político publica que la sección instructora halló fallas técnicas en la solicitud de desafuero), el diputado continúa con sus ocurrencias: ahora quiere presentar una ley para defender a los hombres acusados de violación. ¿Acaso no existe una Secretaría de las mujeres? ¿Su responsable no se siente aludida? ¿No tiene nada que decir ante el tamaño de la brutalidad que comete el diputado Bravo? ¿Nadie en morena piensa levantar la voz para detener las violencias de un macho? Da pena.