Lectura 4:00 min
Revolución regulatoria
Inmerso en una discusión que crece día a día (fines de semana incluidos) acerca de la posibilidad de una nacionalización parcial de la banca, el gobierno de Barack Obama trabaja simultáneamente en otro proyecto de gran envergadura que es el reforzamiento del esquema regulatorio del sistema financiero.
Aunque el equipo del Presidente le huye al término nacionalización como si fuera la peste y reconoce que se buscan otras alternativas, la jefa absoluta de la mayoría demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi, reconoció que la nacionalización es algo que se está debatiendo internamente .
Ambos temas deben ser de un enorme interés para México. El de asumir el control de algunos bancos, porque los dos primeros serían Bank of America y Citigroup, lo cual intensificaría la incertidumbre sobre Banamex. El de la profunda restructura del marco regulatorio, porque involucra a instituciones, fondos y particularmente a agencias calificadoras con filiales en México.
Otro aspecto de los cambios regulatorios, que propone una supervisión mucho más estricta de los complejos instrumentos financieros que contribuyeron en gran medida a la crisis, también atañe a México porque las matrices de bancos como HSBC y Scotia, y en menor medida Santander y BBVA, además obviamente de Citi, sufrieron enormes pérdidas que afectan la operación local con exigencias de repatriación de capitales.
El equipo de Obama está tomando como punto de partida de sus cambios regulatorios un estudio reciente de un comité internacional, encabezado por Paul Volcker, el expresidente de la Fed, quien hoy es destacado integrante del equipo económico de Obama.
En uno de sus puntos sobresalientes, el estudio de Volcker dice que la falta de supervisión de las calificaciones crediticias otorgadas a muchas empresas, lo mismo que a muchos instrumentos financieros esotéricos, condujo a la crisis y que todo ello debe ser aglutinado bajo un nuevo paraguas regulatorio.
Algunas de las acciones que se propondrán para revolucionar el marco regulatorio del sector financiero necesitarán la aprobación del Congreso, pero otras podrán ser implementadas de inmediato por diversas dependencias federales a través de órdenes ejecutivas.
Según el equipo de Obama que encabeza Larry Summers, uno de los primeros pasos de los cambios será eliminar los evidentes conflictos de interés que tienen las agencias calificadoras como Standard & Poors, Moodys y Fitch Ratings, que se sacaron de la manga elevadas calificaciones para los mismos instrumentos que ocasionaron la debacle.
El problema de fondo, según integrantes del equipo, es que las empresas e instituciones pagan a las calificadoras para que les ayuden a estructurar instrumentos financieros y luego, son las mismas firmas las que los califican. Ese es el conflicto de interés que ya no podrá permitirse.
Hasta que no enfrentemos el modelo de compensación, no podremos eliminar el conflicto de interés y la gente (los inversionistas) no tendrá la confianza de que las calificaciones valen algo más que el papel en que están impresas , dijo en su audiencia de confirmación en el Senado, Mary Schapiro, flamante titular de la Comisión de Valores, la SEC.
En su propia audiencia de confirmación como Secretario del Tesoro ante el Comité de Finanzas del Senado, Timothy Geithner había afirmado que el nuevo marco regulatorio para las agencias calificadoras, que estará listo en pocos días, tiene como primera prioridad la eliminación de esos conflictos de interés.
Geithner y Schapiro coinciden en que el nuevo marco contendrá provisiones muy específicas para el mercado de derivados, empezando por los swaps de créditos hipotecarios (CDS), que son un tipo de seguro contra incumplimientos y que fueron pieza clave del colapso financiero del año pasado.
La propuesta será en el sentido de que para lograr una mejor supervisión de derivados como los CDS y otros, su intercambio debe regularse a través de una ubicación central, además de cotizarse en una o más bolsas de valores.
Nuestro sistema regulatorio sencillamente no supo cómo adaptarse a la aparición de nuevos tipos de riesgo , dijo Geithner. Agregó que la actual crisis financiera dejó al descubierto numerosas deficiencias en el sistema regulatorio, las que ahora trataremos de corregir .
Geithner dijo que la pésima gestión de riesgos de los bancos es culpable de buena parte de la crisis.
rmena@eleconomista.com.mx