Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Pensamiento mágico

Si se busca incrementar la productividad y los salarios de las personas, no existen atajos ni fórmulas mágicas como decretar mayores salarios.

Resulta que están muy creativos en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y andan proponiendo que para crecer, México, Latinoamérica y el mundo entero necesitan repensar el modelo de desarrollo y moverse hacia un nuevo keynesianismo. En múltiples entrevistas, la secretaria ejecutiva de la Cepal explica que para revertir la precarización de los salarios, recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y con ello dar un impulso al mercado interno, deberían evaluarse esquemas de alzas salariales graduales acompañados de políticas para incrementar la productividad, claro está, sin descuidar el control de la inflación. La Cepal ofrece las experiencias de Uruguay y Brasil como casos exitosos de esos esquemas de alza gradual de los salarios.

Aunque se trate de ejemplos poco afortunados, es difícil oponerse al deseo de que todo mundo sea más productivo, tenga un mejor salario que le permita vivir mejor y que con ello se genere mayor crecimiento económico, menor desigualdad y mayor felicidad, educación, salud y empleo para todos. Efectivamente, si lográramos esos objetivos, ya la hicimos. Habríamos resuelto los principales problemas económicos del país y del mundo. El problema empieza cuando pasamos de los buenos deseos opiáceos a los cómos y a qué costo.

Existe evidencia contundente de que (a pesar de muchas distorsiones y fallas) el mercado laboral asigna salarios en función de la productividad de las personas, la cual a su vez está determinada por sus habilidades y conocimientos. En México, toda Latinoamérica y el mundo, las personas y empresas con mayor capital humano tienen mayores ingresos. Si se busca incrementar la productividad y los salarios de las personas, no existen atajos ni fórmulas mágicas como decretar mayores salarios. Intentarlo resultaría en menor empleo, menor participación en el sector formal y aun mayores incentivos para evadir las obligaciones patronales vigentes. El resultado más probable sería una situación más inequitativa que la inicial.

Lograr incrementos en la productividad requiere incrementos sustanciales en la inversión pública y privada en capital humano para lograr más y mejores años de educación, lo cual requiere cuantiosos recursos y un largo camino de implementación. También se requiere reducir los muchos obstáculos regulatorios que siguen pesando sobre la productividad de las empresas, así como atender los graves problemas de falta de legalidad e inseguridad que imponen costos elevados sobre la rentabilidad de cualquier actividad económica.

achacon@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete