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Elecciones y equidad
En las elecciones del martes pasado en Estados Unidos, el presidente Barack Obama y los Demócratas perdieron, pero el Congreso estadounidense ganó.
Martes negro para el presidente Obama. Los resultados de las elecciones en Estados Unidos representan un golpe esperado pero lamentable -uno más- para Barack Obama y el Partido Demócrata. Los republicanos tomaron ventaja del malestar generalizado con el presidente y un campo de batalla ventajoso y tomaron control del Senado y reforzaron su mayoría en la Cámara de Representantes.
Martes de fiesta para la equidad de género en el Congreso. Por primera vez en la historia de Estados Unidos, el número de mujeres que ocuparán escaños en el Congreso rebasó los tres dígitos. El Centro Rutgers para las Mujeres y la Política Americana publicó un documento en el que se muestra el número máximo de mujeres electas para tomar un asiento en el Congreso.
Uno de los factores que se han citado como fundamentales es la creación del Comité de Acción Política, que se creó en 1985 con la misión de lograr la elección de mujeres Demócratas pro choice. Incluso, ésta es una de las razones por las que el aumento en el número de mujeres que han logrado entrar a un mundo predominantemente masculino han sido mujeres demócratas y no republicanas. En Estados Unidos, a diferencia de México y otros países, no han sido las cuotas de género las que han catalizado una mayor equidad de género en las instancias parlamentarias. Los avances en este país se han dado con cuentagotas.
De acuerdo con el Índice de Género del Foro Económico Mundial, que examina cada año las disparidades entre hombres y mujeres en términos de empoderamiento político, oportunidades económicas, salud y educación, la brecha de empoderamiento político es la mayor de todas las que se mide este ejercicio (21%), aunque esta área es la que ha registrado una mejora constante desde el 2006. La brecha menor es en salud con 96% (35 países la han cerrado completamente, aunque es la única brecha que ha tenido una tendencia negativa en estos últimos años). Educación no está muy lejos con 94% a nivel mundial (25 países la han cerrado). La brecha en participación o oportunidades económicas de queda atrás.
El índice ha hecho un seguimiento puntual de la sólida correlación entre la brecha de género en un país y su nivel de competitividad nacional. Como las mujeres componen una mitad de la base de talento potencial, la competitividad nacional, en el largo plazo, depende de si y cómo un país educa y aprovecha a sus mujeres.
Supongo que un efecto similar se da dentro de los congresos. A mayor equidad de género, los mejores candidatos (hombres y mujeres) logran escaños y por lo tanto el resultado debería de ser la integración de congresos más talentosos. El grupo más talentoso de mujeres candidatas desplazaría al grupo de hombres candidatos menos talentoso. Y todos ganaríamos.
En las elecciones del martes en Estados Unidos el presidente Obama y los demócratas perdieron, pero el Congreso de Estados Unidos ganó.