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El sexo más débil
Valdría la pena en profundizar en los factores ?que influyen en las brechas educativas.
Cuando escuchamos el sexo más débil pensamos en las mujeres, pero un nuevo reporte de la OCDE (5 de marzo) indica que en el caso de jóvenes adolescentes quizá es hora de pensar en el sexo opuesto: los hombres. ¿Por qué?
En los países que pertenecen a la OCDE, las niñas están dejando atrás a los niños en educación. Es el comienzo de un fenómeno impensable hace algunas décadas.
De acuerdo con este reporte, el dominio de los niños en la escuela sólo perdura en matemáticas y la brecha se ha reducido a tres meses de escolaridad. En ciencias, los resultados obtenidos por niños y niñas son similares. Pero en lectura, donde las niñas han obtenido mejores resultados que los niños, ahora la brecha se ha ensanchado. De acuerdo con este reporte, en los 64 países y economías evaluadas, las niñas superan a los niños en los resultados de lectura. La brecha promedio es de un año de escolaridad.
Los niños tienen 50% mayor probabilidad que las niñas de no alcanzar el nivel básico en matemáticas, lectura y ciencias. Así, también aumenta la probabilidad de que éstos eventualmente ingresen a las filas de la deserción escolar.
¿Por qué obtienen resultados tan distintos los niños y las niñas en el salón de clase?
La semana pasada, la revista The Economist publicó un artículo en el que se hace la misma pregunta pero intenta responderla no sólo desde dentro, sino también desde fuera del salón de clase.
La OCDE reveló que los niños obtienen mejores resultados en pruebas anónimas que en evaluaciones hechas directamente por los maestros. ¿Tendrá que ver con la forma en que se comportan los niños a esa edad? ¿O será que la mayoría de los profesores son mujeres y ellas tienden a favorecer a alumnos de su mismo sexo? ¿O estará relacionado con que en algunas escuelas todavía se deducen puntos en las áreas académicas por cuestiones relacionadas a la conducta?
Fuera del salón de clase las niñas pasan una hora más que los niños haciendo la tarea, mientras ellos pasan más tiempo jugando videojuegos y navegando en la red. Tres cuartas partes de las niñas leen por placer, mientras sólo la mitad de los niños lo hace. El doble de niños que de niñas reporta que la escuela es una pérdida de tiempo.
El artículo de The Economist menciona que hay países que generan un ambiente más favorable para los niños. En América Latina la brecha entre niños y niñas en lectura es relativamente pequeña. Esto sucede en México, Chile, Colombia y Perú. Sin embargo, este fenómeno va acompañado por una brecha mucho más amplia en matemáticas a favor de los niños. Lo contrario sucede en Noruega y Suecia, en donde las niñas y los niños están a la par en matemáticas pero sufren de brechas en lectura. Valdría la pena profundizar en los factores que influyen en el surgimiento, cierre o ampliación de estas brechas educativas. Solo así sabremos cómo cerrarlas.
El dominio educativo de las niñas persiste a nivel universitario. A medida que la educación superior se ha extendido, la participación de las mujeres ha aumentado dos veces más rápido que la de los hombres. De acuerdo con The Economist, las mujeres en la OCDE conforman 56% de la matrícula universitaria, y para el 2025 este porcentaje podría alcanzar 58 por ciento.