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El milagroso error que benefició a Alberto Barranco
¿Qué tienen de común Alberto Medardo Barranco Chavarría y Bernardo Barranco Villafán? A la luz de la lectura, solo su apellido, sin embargo, debido a la crueldad del destino diseñado desde la burocracia ambos personajes quedarán vinculados por un error: es embajador en el Vaticano quien no iba a ser nombrado como tal y no es embajador en el Vaticano quien había sido pensado como tal.
Bernardo Barranco estaría en desacuerdo con Borges: el azar suele ser generoso, solo hay que dejarlo actuar. Alberto Barranco estaría de acuerdo con la frase. La suerte está de lado de quien no piensa en ella.
Bernardo Barranco es maestro en Sociología del Catolicismo. Alberto Barranco es periodista simpatizante de la 4T. El primero, es decir, Bernardo, es capaz de describir los movimientos religiosos a lo largo de la historia. El segundo, es decir, Alberto, le ha dicho al expresidente Fox “cállate, chachalaca; cuestiona lo hecho por el expresidente Salinas de Gortari; y ha pedido cárcel para Peña Nieto.
En agosto de este año Bernardo Barranco publicó el libro Depredadores sagrados (Grijalbo), una compilación que reflexiona sobre el daño generado por la pederastia clerical. Alberto Barranco, ha sido columnista financiero y de crónica urbana en diversos periódicos: La Jornada, El Financiero y Reforma.
Uno, el maestro en Sociología del Catolicismo, es decir, Bernardo, no es embajador en el Vaticano. El otro, Alberto, es el embajador de México ante el Vaticano.
La fumata blanca se vio en la parte alta de Palacio Nacional. Habemus legatus. Tenemos embajador.
El miércoles 25 de septiembre de 2019 el presidente López Obrador recibió a Alberto Barranco en su oficina de Palacio Nacional para desearle la buena suerte en su misión diplomática. En su cuenta de Twitter se puede leer lo que escribió ese mismo día. A Alberto Barranco lo describió como “un hombre íntegro, inteligente y respetable”.
En su momento, agosto de 2019, el Senado aprobó con fe ciega, como manda el librito Sí señor Presidente, es la hora que usted quiera (editorial Zalamero), la designación de Alberto Barranco como flamante embajador en el Vaticano.
¿Qué ocurrió a lo largo del proceso de selección y designación del embajador de México ante el Vaticano? Una fuente conocedora del tema me confirma que Bernardo Barranco Villafán fue pensado para que viajara al Vaticano, pero algo sucedió a lo largo de la ruta crítica.
La fuente me señala que se trató de un error. La persona que buscó en su agenda el número telefónico de Barranco lo llevó a Alberto y no a Bernardo. Fue el periodista quien recibió la llamada de la suerte: el señor Presidente ha tenido a bien elegirlo como el embajador en el Vaticano.
Al presidente López Obrador no le disgustó que un periodista afín a su movimiento se convirtiera en embajador.
Santo súbito, un milagroso error.
@faustopretelin

