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El extraño caso ?de la eritropoyetina
Algo sucede en las compras de gobierno con un tipo de eritropoyetina, la de 50,000 unidades. Desde el 2008 ya existe el biocomparable de Probiomed (Bioyectin) y, sin embargo, las instituciones de gobierno siguen adquiriendo el innovador de Roche (Recormon).
La eritropoyetina (EPO) es una hormona glucoproteica cuya función principal es regular la producción de glóbulos rojos en sangre. Quien carece de ella, genera anemia y ello les sucede a los pacientes que reciben diálisis -su producción de sangre está alterada debido a la falla en sus riñones- y también a quienes reciben ciclos de quimioterapia agresivos.
Es decir, la EPO se utiliza habitualmente para tratar las anemias graves que sufren los enfermos renales sometidos a diálisis y los pacientes oncológicos.
Hoy, la eritropoyetina se fabrica como medicamento de forma biotecnológica e imaginarán que es una medicina muy necesitada por decenas de miles de enfermos en México. Fue muy sonada ahora que el ciclista Lance Armstrong reconoció que se inyectó EPO para aumentar sus glóbulos rojos y, con ello, su oxigenación.
Desde hace 20 años, surgió la eritropoyetina a la venta como un biotecnológico innovador de Roche; fue un hito para la medicina y una esperanza de vida para los enfermos; el problema es que el precio era muy elevado y poco accesible para todos los que la requerían. Ocho años después, en el 2005, surgieron sus biocomparables que, conforme el espíritu de los genéricos, permitieron la reducción de precios en este tratamiento vital para tanta gente.
En el sector privado en México, esta competencia con los biocomparables hizo que el precio de la EPO bajara de 3,300 pesos que costaba sin competencia a 344 pesos con competencia; es decir 90% menos, y la cobertura de pacientes atendidos se elevó 1,600 por ciento.
Así, si en 1999, por el alto costo del producto innovador, sólo se atendía a 5% de los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC). Hoy, con precios más accesibles, se cubren casi todos los casos y se salvan miles de vidas.
El presupuesto destinado a la compra de eritropoyetina no bajó; entre 1990 y el 2013 se incrementó de 220 millones a 400 millones, pero ello obedeció a que se ha ido cubriendo la mayor parte de pacientes con IRC.
Hoy existen siete diferentes marcas de eritropoyetina. Aparte de Roche -que sacó el original-, ahora, sus competidores en este portafolio son Janssen Cilag, Pisa, Probiomed, Landsteiner, Cryopharma y otros dos más.
Pero algo extraño e increíble sucede en las compras de gobierno con un tipo de eritropoyetina, la de 50,000 unidades. Desde el 2008 ya existe el biocomparable de Probiomed (Bioyectin) y, sin embargo, las instituciones de gobierno siguen adquiriendo el innovador de Roche (Recormon) a un precio creciente: entre el 2008 y el 2013 ha subido de 2,748 a 3,723 pesos. ¿Por qué razón el gobierno ha aceptado seguir comprándolo aun cuando sube de precio, si ya hay un competidor a mejor precio, que ofrece el mismo principio activo, misma indicación, misma clase terapéutica, misma dosis, mismos efectos adversos y en el mercado privado ha demostrado ser eficaz, seguro y de calidad?
La razón es que Roche movió cielo, mar y tierra por evitar que Probiomed compartiera la clave de compra en gobierno, y hasta la fecha le ha funcionado para mantenerse como exclusivo proveedor. Ello quería hacer con la iniciativa presentada por la senadora Cristina Díaz en enero, que al final se echó para atrás porque, tal parece, ella misma se dio cuenta del lío en que la estaban metiendo.
Nueva Presidencia en Canifarma
El próximo 21 de marzo tomará protesta la nueva mesa directiva para el periodo 2013-2014 de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) que ahora le toca presidirla a Dagoberto Cortés, quien entregó la estafeta de la Anafam que había encabezado por cuatro años.
Recordemos que la Presidencia de la Canifarma se caracteriza por ser alternante con periodos de dos años; el último le correspondió a Eric Hágsater, de Chinoin, como representante de la AMIIF, y los siguientes dos años le corresponde a Dagoberto Cortés, de Laboratorios Hormona, como representante de la Anafam.
mrcoronel@eleconomista.com.mx