Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Desempleo juvenil

Entre los 34 países de la OCDE, España tiene el desempleo más grande, por lo que ya ha emprendido una serie de cambios estructurales.

La tasa de desempleo de los jóvenes, normalmente, es mayor que la de otros grupos. Esto se deduce de una muestra de 36 países -los de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Brasil y Rusia-. En el 2010, el promedio ponderado en la OCDE fue de 16.7% en el grupo de 15 a 24 años de edad; de 7.5% en el de 25 a 54 años y de 6.1% en el de 55 a 64 años.

Como los mercados laborales tienen características distintas, las diferencias entre países son grandes.

Por ejemplo, la tasa de desempleo juvenil en Austria en 1994 fue de 5% y en España de 42.9 por ciento. En el 2007, las cifras correspondientes fueron 8.7 y 18.2%, respectivamente y en el 2010 fueron de 8.8 y 41.6 por ciento.

En España, Grecia, Eslovaquia, Italia y Polonia esa tasa siempre ha sido más grande que en Suiza, Japón, Holanda, Austria y Corea.

En la mayoría de los países de la muestra, la tasa aumentó entre el 2007 y el 2010, pero el incremento en puntos porcentuales fue enorme en pocos, como España (23.4), Estonia (22.2), Irlanda (18.7), Eslovaquia (13.5), Grecia (10.0), Islandia (9.0), Hungría (8.5), Estados Unidos (7.9), República Checa (7.6) e Italia (7.6). En Alemania, Israel y Luxemburgo, el indicador disminuyó.

Según el informe OECD Employment Outlook 2011 -el cual se difundió el 15 de septiembre pasado-, en España más de 2.2 millones de nuevos puestos de trabajo serían necesarios para devolver la tasa de empleo a la cifra anterior a la crisis más reciente.

En julio, la tasa de desempleo fue de 21.2 por ciento. Más de 9% de la población en edad de trabajar recibe beneficios por desempleo (seguro o subsidio).

La proporción de desempleados durante más de 12 meses se ha casi duplicado desde principios del 2007 (a finales del 2010 fue de 40 por ciento). Tres cuartas partes de este conjunto son personas de 25 a 54 años y casi dos tercios, poco calificadas.

Gran parte del ajuste en el mercado laboral ha sido pérdida de puestos, en lugar de ajustes de salarios u horas trabajadas.

La sensibilidad del empleo al ciclo económico en España es enorme, debido, en parte, a la dualidad en ese mercado, donde muchos oferentes tienen contratos a plazo fijo. Esto facilita a los empleadores hacer despidos cuando las condiciones económicas empeoran.

Desde finales del 2007, casi nueve de cada 10 empleos destruidos en España han sido temporales. Este tipo de empleo se ha reducido en un tercio (el permanente, únicamente 3 por ciento).

Por otra parte, el dinamismo en la creación de puestos ante mejoras en las condiciones de negocios es mayor en un mercado dual en comparación con países donde el uso de contratos temporales es más restringido.

España ya ha emprendido reformas (como las de septiembre del 2010 y febrero del 2011), entre las que destacan, por ejemplo: a) ajustes en los costos y procedimientos ligados al despido para reducir el uso de contratos temporales (versus contratos permanentes); b) para promover la flexibilidad interna (ajustes de salarios y horas de trabajo) versus la flexibilidad externa (despidos, especialmente de trabajadores con contratos temporales); c) subsidios financieros para empresas que contraten a jóvenes, trabajadores poco calificados, mujeres y desempleados de larga duración. Finalmente, d) para mejorar la intermediación del mercado laboral y la prestación de servicios ligados a la búsqueda de empleo.

fnunez@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete